Una nueva aerolínea noruega para rematar a Norwegian



La noruega Flyr (que significa en su idioma valor, que refleja la simplicidad del modelo de negocio y el producto que ofrecerá al mercado) nacerá antes del verano, en plena pandemia con el impulso de su fundador, Erick G.Braathen –que aportó 4,8 millones de euros- y base en Oslo y operará antes del verano, con vuelos domésticos y conexiones con destinos populares de Europa, aún sin especificar. La intención es tener una flota de unos 30 Boeing 737-800, si bien la máxima responsable ejecutiva, Tonje Wikstrøm Frislid, afirma que la flota dependerá de la demanda. La nueva compañía considera que la adaptabilidad y la flexibilidad serán muy importantes de ahora en adelante, aunque el futuro parezca ahora más claro para el sector que hace unos meses. Su plan es comenzar a oeprar con 5 aviones.

La aerolínea solicitó apoyo económico al Gobierno noruego, que lo rechazó y ahora el plan es  financiarse completamente a través de inversiones privadas con el objetivo de captar unos 58,5 millones de euros y la respuesta del mercado ha sido positiva. Braathen fichó a varios profesionales procedentes de Norwegian –como su vicepresidente Wikstrøm Frislid-, que lleva bastante tiempo al borde de la quiebra y ya decidió abandonar sus rutas de largo alcance. Braathen cuenta con una amplia trayectoria en el mundo de la aviación, pues entre 1989 Y 1999 fue director ejecutivo de Braathens SAFE, una aerolínea noruega fundada en 1946 por su abuelo y que en 2004 la absorbió SAS. También ocupó varios cargos en Norwegian y presidió su  junta directiva entre 2004 y 2009.

Aunque las perspectivas a corto plazo para las aerolíneas pueden no ser las mejores, el equipo de Flyr que se lleva gestando desde marzo del año pasado- cree que estarán preparados para capitalizar una brecha en el mercado a medida que el despliegue de las vacunas contra el COVID-19 comience a reabrir el mundo. “Podemos obtener aviones modernos a precios razonables, contratar a los mejores empleados y construir una compañía totalmente digital con pocas dificultades, lo que resulta en costes bajos”, ha argumentado Braathen. Pero el factor más ventajoso es la profunda crisis financiera que atraviesa Norwegian Air, que antes de la pandemia era una de las principales aerolíneas de bajos costes de Europa. También aprovechar la experiencia de los pilotos de esta, pues tendrá la misma flota. Unos treinta empleados ya están trabajando en la empresa.

Antes de la pandemia, el mercado doméstico de Noruega estaba ­dominado por SAS y Norwegian, con Widerøe operando en aeropuertos regionales pequeños. La orografía del país, con numerosas montañas y fiordos, hacen necesarias buenas conexiones aéreas, por lo que es un mercado atractivo para nuevos operadores en un momento de crisis ­para la principal “low cost” del país. En todo caso, deberá competir también con la húngara Wizz Air, que en otoño anunció sus planes de empezar a operar en el mercado noruego, acompañada de críticas y llamadas al boicot por su rechazo a negociar con los sindicatos y aplicar los convenios colectivos del sector. Flyr, la aerolínea se enfocará en una estrategia digital, mediante reservas que pueden ser realizadas a través de teléfonos inteligentes en un aplicación con inteligencia artificial predictiva para entender los hábitos de los clientes.

Fotografía: Erick G.Braathen. 

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