La aviación ejecutiva levanta el vuelo y gana visibilidad en el nuevo escenario aéreo



Con el regreso de la movilidad nacional y la apertura de fronteras, la industria aérea se ha reactivado. Tras meses de paro por la Covid-19, se ha producido una reordenación natural del sector marcada por los rescates y ayudas, los recortes internos o ERTES y por la quiebra de algunas compañías como Level Europe, Avianca o Latam. Ahora, uno de los grandes retos de la industria es afrontar un escenario en el que la aviación ejecutiva está ganando visibilidad y se hace indispensable.

“La crisis global de la Covid-19 ha tenido un fuerte impacto en el sector de la aviación. Con las medidas puestas en marcha por los distintos gobiernos europeos para frenar el contagio, el tráfico aéreo en Europa sufrió una drástica caída”, asevera Gerardo Manzano, CEO de Europair, bróker aéreo español.

Especialmente castigado ha sido el sector de la aviación comercial que ha experimentado una disminución del 90% en su actividad durante la pandemia. Prueba de ello es que no ha sido hasta el lunes 15 de junio cuando la mayoría de las aerolíneas europeas han vuelto a levantar el vuelo tras doce semanas de inactividad. Por su parte, la tendencia en el sector de la aviación ejecutiva ha experimentado un comportamiento similar aunque la bajada ha sido menos acusada.

Según un reciente informe de EBAA (Asociación Europea de Aviación Ejecutiva), de la que Europair es el único asociado en España, hubo una caída del 62% en el tráfico ejecutivo europeo en el mes de mayo comparado con el mismo periodo de 2019. Sin embargo, desde finales de abril se aprecian las primeras señales de recuperación en los principales mercados europeos de aviación privada: Suiza, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y España.

Con las compañías aéreas operando solo al 10% de su actividad durante los últimos meses, uno de cada cinco aviones que ha volado en Europa era de aviación ejecutiva, la mayor cuota de mercado jamás registrada en este sector. “Tras un repunte inicial al comienzo de la crisis debido al aumento de las misiones de repatriación, hubo una caída y ahora la aviación ejecutiva parece ser la primera en levantar cabeza y en facilitar el reinicio del sector del transporte aéreo en Europa. El confinamiento comenzó para la aviación privada con la organización de vuelos de repatriaciones y otros viajes englobados dentro de los supuestos para los que se permitía operar. Con el fin de las restricciones, prevemos un incremento de clientes que o bien quieran evitar volar con desconocidos para minimizar riesgos de contagio o quieran reducir tiempos de viaje. Los vuelos chárter con aviones ejecutivos están impulsando la demanda en el mercado y todo apunta a que esta tendencia continuará”, prevé Manzano.

Con la pandemia, se ha producido un aumento en la demanda de la aviación privada. A las fortalezas tradicionales de su modelo de negocio (comodidad, ahorro de tiempo, volar sin escalas al destino y en el horario deseado, tiempos mínimos en el aeropuerto) ahora añade la ventaja más preciada en la actualidad: la seguridad sanitaria.

“Un vuelo privado garantiza medidas de sanidad e higiene imposibles de aplicar en la aviación comercial. Todos los aviones son desinfectados, pero el tamaño de los grupos a bordo de un avión privado es reducido y no hay viajeros desconocidos. Asimismo los pasajeros usan terminales dedicadas en exclusiva para estos vuelos evitando así las aglomeraciones y largas colas de espera en el aeropuerto. Es una manera de viajar que permite trazar y minimizar el contacto con otras personas”, asegura el CEO de Europair.

Además, ha aparecido una nueva dificultad de movilidad. Actualmente hay rutas aéreas de aviación comercial que o bien han desaparecido, o bien se han limitado. Una tendencia que, según Manzano, parece va a permanecer en el tiempo y que da una nueva oportunidad a la aviación ejecutiva. Los vuelos privados permiten marcar origen y destino sin escalas con horarios que se adaptan a la agenda del viajero y no al revés, con la tranquilidad de realizarlo en un espacio controlado y con garantías sanitarias.

“Con la reordenación de la industria aérea tras el parón por la Covid-19, se está cambiando la percepción sobre el servicio que ofrece la aviación ejecutiva. Hasta el confinamiento se veía como un capricho para celebrities y futbolistas, ahora se valora como una alternativa ideal a los vuelos comerciales. Las empresas confían en este servicio porque ahora se preocupan aún más por la seguridad y bienestar de sus empleados y altos directivos, asimismo buscan una manera de volar eficiente, ahorrando tiempo. También en los viajes de ocio o placer se posiciona como una alternativa segura, la Covid-19 ha posicionado como prioridad la seguridad sanitaria y el bienestar de la familia”, afirma Manzano.

Ante esta falta de alternativas, la aviación ejecutiva ofrece soluciones a medida mediante un proceso de gestión sencillo. La ‘vuelta al cielo’ después del confinamiento requiere la puesta a punto de las naves, entrenamiento del personal de cabina y el desarrollo de protocolos, que garanticen los mínimos contagios, y el mercado actual cuenta con brokers aéreos como Europair, que cuentan con profesionales especializados de confianza que organizan los viajes a medida de las necesidades de los usuarios.


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