Por fin otro Le Bourget normal

Es bien sabido que en las ferias aeronáuticas no se venden aviones, pero si son el gran escaparate para anunciar muchos pedidos, como convienen adecuadamente fabricantes y clientes, y la parisina Le Bourget y la británica Farnborough siempre fueron los escenarios idóneos para ello, en los que se miden los éxitos y las capacidades comerciales de Boeing, Airbus, Embraer, ATR y el resto de las empresas.

El Salón Internacional de la Aeronáutica y del Espacio de París, tras cuatro años sin celebrarse debido a la pandemia, ha sido, en su 54ª edición, celebrada en junio, una espectacular puesta en escena, publicitando las ventas de más de 1.300 aviones comerciales.

De hecho, muchos de los que se anuncian corresponden a contratos preanunciados (y ahora confirmados) y firmados, incluso, hace meses y que aparecen en las respectivas carteras de pedidos como de clientes no precisados, para que la batalla entre los grandes en Le Bourget luzca lo más espectacular posible para los deseos y necesidades de cada uno. 

Es el caso de las extraordinarias órdenes de India a Boeing y a Airbus (que comprende el mayor de la historia de cualquier fabricante, de 500 A320 por parte de IndiGo), pero lo que es cierto, de una forma u otra, que entierran definitivamente el COVID-19, que representó la mayor y la más terrible crisis del transporte aéreo desde sus inicios.

Airbus ha podido jactarse de proclamar los encargos de 850 aviones, de los cuales 750 de aerolíneas indias, frente a sólo 356 de Boeing (290 también la India). Embraer sumó 52 pedidos, 6 de los cuales de su reactor comercial más grande, el E-195-E2, para la española Binter; y 22 de ATR. 

El marco no ha podido ser más espectacular, pues su espacio ferial de 125.000 m2., inaugurado por el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, se llenó gracias a 2.500 expositores de 46 países, 150 aeronaves en el área de exposición estática, unos cuantos de ellos efectuando, igualmente, demostraciones en vuelo y 300.000 visitantes, de los cuales 130.000 profesionales.

Mientras tanto, Aena revisó al alza su previsión del tráfico en España para 2023. Pasando de entre el 87 y el 97 por ciento de recuperación respecto a 2019, que se estimaba hasta ahora, a un intervalo de entre el 94 y el 104 por ciento, tras el mejor primer trimestre de su historia. Para esta temporada de verano en España se ha programado una oferta de 221,8 millones de asientos, un 4,4 por ciento más que en 2019. A nivel mundial, la ACI (Airports Council International) ha adelantado un año, a 2024, la vuelta a los niveles de tráfico de 2019.

A la espera de los resultados de las elecciones generales del 23 de julio y del nuevo Gobierno resultante, estas previsiones son muy importantes para un país con un endeudamiento de 1,5 billones de euros y que, con las presiones de una nueva política fiscal europea, que da por enterrados la pandemia y los excesos de gasto, sea cual sea el cariz político que surja, serán ineludibles recortes y olvidar las alegrías presupuestarias sin control. Se esperan unos ejercicios duros y la fortaleza del turismo ayudará a que sean más llevaderos.


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