La cada vez más difícil ecuación de la compra de Air Europa por Iberia

La evaluación que hicimos hace meses se confirma y cada vez es más difícil en las actuales condiciones que Iberia compre Air Europa. Los expertos estiman que su deuda está ya en del orden de los 900 millones de euros y sube todos los meses, pues a diferencia de la que puede ser su propietaria, no recupera su tráfico al mismo ritmo, ni mucho menos, y da palos de ciego en sus acciones comerciales y operativas. Es imposible que pueda devolver ese dinero y cumplir con las condiciones de su rescate por el Gobierno y necesita ya otro para aguantar más y seguir perdiendo.

Se está convirtiendo en Alitalia o Aerolíneas Argentinas y para Iberia será un problema y no una solución y más cuando el peligro que existía cuando se llegó al primer pacto, que se la quedara Air France, ha desparecido por la propia situación de ayudas públicas que obliga a la aerolínea gala. Y para potenciar el “hub” de Madrid no necesita a Air Europa. Capitalizar la deuda el Estado antes de la compra o condonarla difícilmente lo va a permitir Bruselas y más aún cuando hay varias compañías que compiten en la mayoría de sus rutas, con lo cual el mercado no se va a resentir.

La Comisión Europea ha pasado de preguntar a los afectados su opinión cualificada sobre esa eventual adquisición, a pedirles la opinión sobre la cesión de rutas y “slots” a W2fly y Volotea que pactó Iberia para minimizar las exigencias de Bruselas, y, finalmente, a indagar sobre lo ocurriría si no se realiza la compra y quiebra Air Europa. Para terminar de complicarlo, la Competition & Market Authority del Reino Unido abrió una investigación, especialmente por los vuelos entre Madrid y Londres. Hubiera sido más práctico dar la mitad del rescate de 475 millones de euros a los empleados y que desapareciera, en lugar de empezar a cavar un pozo sin fondo. Seguro que la mayoría de trabajadores se recolocaría en el mismo sector.

Sin dejar Mallorca, donde tiene la sede Air Europa, no se ha vuelto a saber del suceso de los 12 pasajeros entrados ilegalmente en España (y otros 11 detenidos) de un vuelo de un A320 de Air Arabia Maroc entre Casablanca y Estambul y que aterrizó en la isla por una falsa emergencia de un coma diabético, en un claro acto delictivo organizado, que obligó a cerrar el aeropuerto tres horas, afectando a sesenta operaciones. Los detenidos se enfrentan a cargos de infracción de la ley de extranjería e inmigración ilegal.

La verdad es que los aeropuertos españoles y mundiales homologados están muy bien preparados para que no haya personas que penetren sin autorización de sus instalaciones, pero pocos casos hay de lo contrario, que intenten salir, y esto obliga a que se revisen los protocolos, medidas y medios para impedir esta nueva amenaza contra la seguridad y la ley y hay que ser muy contundentes con los infractores, de cara a que estos actos no se repitan. Las acciones policiales, que van a tener que acompañar a partir de ahora las emergencias médicas que se producen en los vuelos al aterrizar, no pueden poner en peligro –por el hecho de aumentar los tiempos de reacción- la vida de los pasajeros que realmente necesitan una atención urgente.

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