Opinión: Año con luces y sombras en el transporte aéreo

Las autoridades comunitarias se han empecinado en gravar el transporte aéreo por sus emisiones. Siendo nosotros unos fervientes partidarios de que hay que luchar sin tregua contra el cambio climático y que todos tenemos que apechugar con lo que nos corresponda, no hay la menor duda que la aviación comercial es uno de los sectores que más ha invertido, estudiado y aplicado tecnologías y acciones para reducir las emisiones contaminantes de ruido y gases, sin duda, porque estos últimos tienen una relación directa con el consumo de combustible, y por tanto con su cuenta de resultados. Y esto no se puede menospreciar, porque, además, existe un meticuloso plan para conseguir las emisiones neutras de CO2.

Hidrógeno y electricidad

Pronto los pasajeros volarán en aeronaves cuya fuente de energía será la electricidad o el hidrógeno, ambos absolutamente limpios, y los biocombustibles están a la orden del día y se irán generalizando. 

Más que agravar al sufrido transporte aéreo, que empieza a reponerse de la pandemia, lo que habría es que acelerar y fomentar esas nuevas formas de energía en la aviación, que están a la vuelta de la esquina y todavía se podría fomentar más que el mañana de la aeronáutica será hoy.

Pese a todos los vaticinios agoreros de crisis económica española y mundial, se presenta como un prometedor año para el transporte de pasajeros por avión. 

La mal llamada industria del transporte aéreo ha demostrado sus cimientos y madurez y ha resistido a los peores momentos de la historia, con la pandemia, a la guerra de Ucrania y la complicada situación de las finanzas en Europa. Y aquí está como si nada hubiera pasado y olvidándonos de los miles de aviones que estuvieron en tierra durante muchos meses.

Compra de Air Europa por Iberia

En España, la manida compra de Air Europa por Iberia va camino de convertirse en la historia interminable. Dudamos que en IAG, el propietario de la segunda de estas aerolíneas, alguien dude de que es muy complicado negociar y solidificar acuerdos con la familia Hidalgo, que, desgraciadamente, tienen fama de ser malos socios en cualquier aventura. 

Lo fueron ya cuando se vieron en la necesidad de quedarse con la aerolínea, porque la quiebra de su propietario les arrastraba por un precipicio si no era así. Para ya entonces tuvieron desavenencias con el socio minoritario que le prestó dinero a Pepe Hidalgo para que aquella lejana operación llegara a buen fin.

Nos imaginamos que Iberia al final se quedará de una u otra forma con Air Europa, pero eso no puede ser a cualquier precio, pues es casi imposible que la aerolínea mallorquina pueda sobrevivir sola. Pero los Hidalgo volverán locos a los interesados compradores, que habrán de dotarse de imaginación perversa para que esto concluya bien.Ni el prometedor incremento del tráfico aéreo es capaz de remontar la deuda de Air Europa, ni de sus propietarios. 

Huelga suicida en Air Nostrum

Y, mientras, Air Nostrum, franquiciada de Iberia de vuelos regionales, padece una huelga de sus pilotos, que han emprendido un camino suicida en una empresa que lo ha pasado especialmente mal durante la pandemia. En cualquier caso, estamos convencidos que va a ser un buen año para el transporte aéreo.


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