La negativa a la ampliación de 500 metros de ERC y los comunes, socios del PSC en el Govern y el ayuntamiento, ha mantenido el plan original en punto muerto debido al impacto medioambiental y acústico que supondría sobre la Reserva Natural de La Ricarda y los municipios colindantes.
Frente al planteamiento inicial de Aena que pretendía pasar de 78 a 90 operaciones por hora, los técnicos de la Generalitat presidida por Salvador Illa proponen ahora un diseño intermedio: que implica la reducción de la ampliación a un máximo de 300 metros, minimizando así la invasión sobre la laguna de La Ricarda y rebajando los costes asociados a la restauración de humedales.
Esta alternativa incluye la balización de nuevas zonas de seguridad sobre La Ricarda y el Remolar, concebidas como escapatorias reversibles para maniobras de emergencia, con intervenciones blandas de bajo impacto ambiental.
Aena defiende que los aviones de fuselaje ancho requieren la recta de rodadura completa de 3.400 metros en condiciones de altas temperaturas o viento fuerte y sostiene que la inversión total, estimada en 1.704 millones de euros, resulta innegociable para garantizar la viabilidad técnica y operacional del aeródromo.
Fuentes de Aena advierten de que el proceso de evaluación ambiental podría alargarse entre dos años y medio y tres antes de iniciar las obras, a las que seguirían cinco años de construcción. El gestor aeroportuario reclama también al Ejecutivo catalán una decisión antes de mitad de 2026 para incluir el proyecto en el plan de inversiones DORA III, que abarcará el periodo 2027-2031.
Deje un comentario