Para lograr el objetivo de cero emisiones netas en 2050, la aviación necesitará producir 500 millones de toneladas de SAF cada año. De este volumen, se estima que más de 300 millones de toneladas podrían proceder de biomasa, mientras que las restantes tendrán que producirse mediante rutas power-to-liquid (PtL), que requieren hidrógeno renovable, electricidad de bajas emisiones y acceso a CO₂ capturado. Sin embargo, la capacidad prevista solo podría alcanzar las 400 millones de toneladas en 2050, según las proyecciones del estudio, lo que dejaría un déficit de 100 millones de toneladas frente a la demanda esperada.
El análisis detalla que la principal limitación no radica en la cantidad de biomasa disponible; el verdadero reto es escalar las tecnologías de conversión, mejorar la logística para el suministro de biomasa y acelerar las inversiones en nuevas instalaciones industriales. Actualmente, la tecnología HEFA —que convierte aceites usados y grasas en SAF— domina el mercado, pero se necesitan avances en rutas como: EtJ (Ethanol-to-Jet: hace referencia al proceso de conversión de etanol en combustible para aviación, producido principalmente a partir de cultivos azucareros y almidón); FT (Fischer-Tropsch: es un proceso de síntesis química por el cual se convierte una mezcla de gases -syngas: monóxido de carbono e hidrógeno-, obtenida mayormente por gasificación de residuos agroforestales o urbanos, en hidrocarburos líquidos, incluyendo SAF); y especialmente PtL (Power-to-Liquid): define una tecnología que permite producir combustibles líquidos, como el SAF, a partir de electrólisis de agua para obtener hidrógeno y captura de CO₂, generalmente usando energía renovable, para desbloquear el potencial de los residuos agrícolas, forestales y urbanos.
A nivel mundial, Estados Unidos, Brasil, India, China y Europa serán regiones clave para liderar el crecimiento del SAF. Se prevé que Norteamérica, Asia y Sudamérica concentren en conjunto la mayor parte de la capacidad productiva hacia mitad de siglo, mientras que otras regiones como Oriente Medio y África Subsahariana contribuirán en menor medida. Desbloquear todo el potencial de la biomasa requerirá políticas que prioricen el uso en la aviación y la promoción de tecnologías capaces de transformar residuos en combustible, sin comprometer la sostenibilidad ni otros usos esenciales de la biomasa.
El informe Global Feedstock Assessment for SAF Production Outlook to 2050” subraya que, sin un marco normativo coherente y estable, e inversiones sostenidas a través de alianzas público-privadas, será imposible cerrar la brecha tecnológica y de producción. La solución pasa por acelerar la madurez de los procesos industriales, facilitar el acceso a infraestructuras eléctricas renovables y garantizar el suministro logístico de la materia prima. Solo así será viable que el SAF se convierta en el pilar fundamental para una aviación neutra en carbono.
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