El sector aeronáutico español ante un nuevo horizonte de transformación y liderazgo

Durante este último ejercicio, el sector aeronáutico ha consolidado su proceso de recuperación, apoyado en el crecimiento sostenido de la demanda global, especialmente en el ámbito civil. La progresiva reactivación del tráfico aéreo ha impulsado la producción de aeronaves comerciales, con un impacto directo en la cadena de suministro nacional, altamente especializada y con presencia relevante en los principales programas internacionales. 

Ricardo Rojas, vicepresidente de Aeronaútica de TEDAE.

Uno de los pilares del sector en 2024 ha sido, sin duda, su compromiso con la innovación. La inversión sostenida en I+D+i –superior al 10 por ciento de la facturación en muchos casos– ha permitido avances significativos en digitalización, materiales inteligentes, tecnologías de fabricación disruptivas, integración de sensores y tecnologías de propulsión más eficientes. 

En particular, la sostenibilidad ha ganado centralidad en la agenda estratégica de las empresas. La transición hacia una aviación climáticamente neutra requiere soluciones disruptivas y cooperación a largo plazo. Las compañías españolas están participando de forma activa en programas europeos, como Clean Aviation, con proyectos centrados en aeronaves más eficientes, arquitectura de sistemas más ligeros y combustibles sostenibles de aviación (SAF). 

La delegación española en París Air Show.

El uso de herramientas digitales –como gemelos virtuales, mantenimiento predictivo y simulación avanzada– está contribuyendo a mejorar la eficiencia de los procesos, reducir los tiempos de desa­rrollo y reforzar la trazabilidad en toda la cadena de valor. Estas tecnologías no solo optimizan los recursos, sino que abren nuevas posibilidades de innovación, incluyendo la integración con la inteligencia artificial, la automatización avanzada y la conectividad en red. 

Otro vector clave es el ecodiseño: desde la concepción inicial de la aeronave hasta su desmantelamiento, el ciclo de vida del producto se concibe bajo criterios de sostenibilidad, reducción de emisiones y economía circular. Esta aproximación permite anticiparse a las exigencias regulatorias y a las expectativas de los usuarios, cada vez más orientadas hacia la responsabilidad medioambiental.

Colaboración institucional e internacional

La industria ha priorizado durante este año el fortalecimiento de los marcos de colaboración entre ella, la Administración y los centros tecnológicos. Los ministerios de Ciencia, Innovación y universidades y de Industria han sido un interlocutor clave para avanzar en estrategias de innovación colaborativa y en los retos industriales, alineados con los objetivos europeos del Green Deal y de la Década Digital. 

La industria está llevando a cabo una fuerte inversión en automatizar procesos.

La participación de empresas españolas en convocatorias del PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) Aeroespacial, así como en programas marco como Horizonte Europa, ha permitido movilizar proyectos tractores que integran a grandes fabricantes, PYME (Pequeña y Mediana Empresa), universidades y centros de investigación. Esta dinámica refuerza la competitividad del ecosistema nacional y potencia la generación de conocimiento de alto valor, al tiempo que fomenta la colaboración transversal entre sectores y disciplinas.

Además, la interlocución con asociaciones europeas, como ASD, ha facilitado la visibilidad internacional del sector español y contribuido a posicionarlo en el diseño de políticas industriales comunitarias. La presencia activa en foros europeos y multilaterales refuerza la influencia de España en la configuración de los futuros marcos regulatorios y programas tecnológicos. A pesar de los avances, el sector encara varios desafíos clave, que requerirán visión estratégica y coordinación público-privada. 

Uno de ellos es la necesidad de reforzar la cadena de suministro. El incremento de la capacidad industrial derivado del aumento de entregas requiere fortalecer la resiliencia de la cadena de suministro, especialmente en lo que respecta a PYME, cualificación de personal y acceso a financiación. La estabilidad de los flujos de producción y la anticipación ante cuellos de botella logísticos son elementos críticos para garantizar la competitividad. 

También es acelerar la descarbonización. Los retos regulatorios y el compromiso con la sociedad demandan una hoja de ruta clara hacia una aviación sostenible. El impulso al uso de SAF, el desarrollo de aeronaves híbridas-eléctricas y la investigación en hidrógeno como vector energético son líneas prioritarias que requieren colaboración internacional, apoyo público y una inversión continuada en tecnologías disruptivas.

Por otra parte, la atracción de perfiles técnicos y científicos, especialmente jóvenes, es esencial para sostener el liderazgo tecnológico del sector. La colaboración con universidades, la formación profesional dual, los programas de becas y el fomento de vocaciones STEM deben intensificarse para garantizar el relevo generacional y la diversidad en los equipos. 

Asimismo, la capacidad de nuestras empresas para participar en grandes consorcios europeos, tanto en aviación civil como en nuevos conceptos de movilidad aérea, es fundamental para garantizar una presencia industrial sólida en el futuro. La internacionalización debe estar acompañada de políticas activas de promoción y acompañamiento institucional. 

Por su parte, la movilidad aérea avanzada, uno de los vectores de transformación más prometedores, plantea un nuevo paradigma para el transporte urbano e interurbano mediante aeronaves eléctricas, no tripuladas logísticas, taxis aéreos y soluciones autónomas. España cuenta ya con iniciativas destacadas en este ámbito, tanto desde el punto de vista empresarial como desde centros tecnológicos. La consolidación de este mercado dependerá de factores como la evolución normativa, la madurez tecnológica y la aceptación ciudadana, pero constituye una oportunidad para posicionar a nuestro país como referente en una nueva cadena de valor aeroespacial.

Perspectivas para 2025

En 2025, el sector aeronáutico español se enfrenta a un entorno de alta exigencia, pero también de grandes oportunidades. La combinación de recuperación de demanda, los retos de sostenibilidad y transformación digital generan un contexto en el que la innovación será la principal ventaja competitiva. España debe continuar apostando por una estrategia industrial sólida, basada en capacidades tecnológicas propias, colaboración internacional y acceso a financiación estable. 

España sigue siendo referente a nivel mundial en la fabricación de materiales compuestos.

El refuerzo de programas como el PERTE Aeroespacial, la consolidación de un ecosistema innovador y la promoción de proyectos tractores serán elementos clave para lograrlo. Desde TEDAE (Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio) seguiremos trabajando para consolidar una visión compartida que sitúe a la industria aeronáutica como un pilar del modelo productivo del país, generador de empleo de calidad, motor de exportación y actor esencial en la transición hacia una economía sostenible y digital. 

La industria aeronáutica española se encuentra en un momento decisivo. La recuperación del tráfico aéreo, el impulso a la sostenibilidad, el avance de la digitalización y la consolidación de nuevas tecnologías configuran un entorno de enorme exigencia, pero también de extraordinario potencial. En este contexto, el compromiso del sector con la innovación, el talento y la colaboración es más firme que nunca. 

En TEDAE reafirmamos nuestra convicción de que una estrategia industrial robusta, alineada con Europa y centrada en la sostenibilidad y la excelencia tecnológica, permitirá a España no solo mantener, sino reforzar su papel como actor protagonista en la aviación del siglo XXI. El futuro del sector dependerá de nuestra capacidad colectiva para anticipar, cooperar y liderar. Estamos preparados para asumir ese reto.