Los nuevos PD-8, de Unites Engines Corporation son un elemento clave en este proceso de sustitución. Vladimir Artyakov, primer director general adjunto del “holding” estatal Rostec, destacó que «el programa de sustitución de importaciones en relación con el avión Superjet ha entrado en su recta final».
Este avance no solo representa un hito para la industria aeronáutica rusa, sino que también se enmarca dentro de un contexto más amplio de búsqueda de autonomía tecnológica. La primera versión del SJ-100 utilizaba propulsores SaM146 de origen ruso-francés. Vadim Badekha, máximo responsable ejecutivo del motorista, afirmó que este vuelo representa un paso importante hacia la autosuficiencia en la fabricación de aeronaves.
Se espera que las pruebas de certificación del Superjet se completen a finales de este año, lo que podría permitir que las entregas a las aerolíneas rusas comiencen en 2026. Subraya la determinación de Rusia de avanzar en su capacidad industrial a pesar de las restricciones internacionales, un tema relevante en el contexto geopolítico actual.
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