La estructura diseñada por Bain Capital constituye una alternativa innovadora a la venta directa. El fondo estadounidense está preparando un vehículo de inversión denominado fondo de continuidad, mecanismo mediante el cual parte de los inversores institucionales de Bain renuevan su compromiso financiero con la empresa vasca en lugar de ejecutar una venta integral. Esto permitirá al fondo estadounidense realizar una desinversión parcial y recuperar liquidez sustancial mientras mantiene una posición relevante en la compañía.
Esta fórmula reviste particular importancia en el contexto normativo español. La llamada ley antiopas, norma creada durante la pandemia para prevenir la toma de control de empresas catalogadas como estratégicas, otorga al Gobierno potestad de veto sobre operaciones corporativas que superen los 500 millones de euros. Bain Capital ha obtenido, según asegura El Confidencial, el visto bueno de Moncloa para ejecutar esta estructura de fondo de continuidad con nuevos inversores, lo que sugiere una mayor flexibilidad regulatoria para esta fórmula que para una venta tradicional.
ITP Aero, con sede en Zamudio (Vizcaya), es actualmente la novena compañía de motores y componentes aeronáuticos a nivel mundial. La empresa cuenta con cinco plantas en el País Vasco ubicadas en Zamudio, Barakaldo, Sestao, Derio y Torrelarragoiti. La valoración de 5.500 millones se calcula aplicando un múltiplo de más de diez veces sobre los 400 millones de euros de beneficio de explotación o EBITDA que genera la compañía, lo que refleja el extraordinario desempeño operativo del fabricante en los últimos años.
El crecimiento de ITP Aero desde la adquisición por Bain Capital en 2022 ha sido excepcional. La compañía pasó de ingresos de 800 millones de euros en 2021 a más de 1.600 millones de euros actualmente, duplicando su facturación. Su plantilla global se ha expandido significativamente, pasando de aproximadamente 4.700 empleados en 2022 a más de 6.000 trabajadores en la actualidad, con previsiones de alcanzar los 7.700 empleados en 2030 según el nuevo plan estratégico.
La operación generará beneficios extraordinarios para los accionistas minoritarios españoles. Indra, participada mayoritariamente por la SEPI, ostenta el 9,5 por ciento del capital social adquirido hace poco más de dos años por 175 millones de euros. Con la revalorización de ITP a 5.500 millones, el valor de la participación de Indra se elevaría a aproximadamente 525 millones, generando beneficios contables cercanos a 350 millones de euros que se anotarían en balance en el próximo ejercicio.
Por su parte, JB Capital, el fondo de inversión de Javier Botín, participa en el capital social con el 8 por ciento de las acciones. El Gobierno vasco, a través del fondo Finkatuz dependiente del Instituto Vasco de Finanzas, mantiene una participación del 6 por ciento adquirida en noviembre de 2022 por 65 millones de euros. Ambas estructuras de capital español se beneficiarán proporcionalmente de los dividendos que ya está distribuyendo ITP a sus accionistas.
En efecto, Bain Capital ya ha conseguido recuperar una porción sustancial de su inversión mediante la política de distribuciones a los accionistas. Durante el ejercicio 2024 se aprobó un dividendo extraordinario de 630 millones de euros que fue repartido entre los cuatro accionistas principales. Ahora, la compañía tiene previsto distribuir una segunda remuneración de 800 millones de euros en los próximos meses, operación que será facilitada mediante una refinanciación de deuda que aumentará el endeudamiento de ITP en aproximadamente 1.000 millones de euros adicionales.
Estos dividendos extraordinarios se benefician de un entorno de mercado excepcional para la aviación comercial y una demanda histórica en programas de defensa. La aviación civil representa aproximadamente el 70 por ciento del negocio de ITP, mercado que vive actualmente un momento de máxima actividad con entregas de aeronaves en niveles récord y cartera de pedidos extraordinaria. ITP es contratista clave en el 40 por ciento de los motores de aviones comerciales que se entregan anualmente en todo el mundo, posicionándose como proveedor tecnológico en más de 5.000 motores en servicio.
En el ámbito de defensa, ITP Aero encabeza el pilar motor del programa Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS), la iniciativa desarrollada conjuntamente por España, Francia y Alemania para crear el avión de combate de nueva generación NGF (New Generation Fighter) que operará desde 2040. La empresa es responsable de desarrollar un motor de máxima complejidad tecnológica que incorpora innovaciones de frontera en materiales compuestos de matriz cerámica, turbinas adaptadas a temperaturas extremas, álabes monocristalinos y toberas vectoriales.
El plan estratégico de ITP hasta 2031, recientemente aprobado, establece objetivos ambiciosos de crecimiento. La compañía proyecta duplicar su EBITDA hasta situarlo por encima de 700 millones de euros en 2030. Asimismo, prevé realizar inversiones de capital por 700 millones de euros y destinar 500 millones adicionales a actividades de investigación y desarrollo durante este periodo. Estos compromisos de inversión generarán más de 1.600 puestos de trabajo de alta especialización en el País Vasco.
El cierre de la operación está previsto para el primer trimestre de 2026. Hasta entonces, Bain Capital, asesorado por Juan María Nin, financiero español que preside el consejo de administración de ITP desde la adquisición inicial, continuará optimizando la operación con el objetivo de completarla en el entorno regulatorio más favorable posible.
La dimensión estratégica de ITP Aero explica el especial interés de Indra por ampliar su participación. El grupo presidido por Ángel Escribano ha expresado repetidamente su deseo de elevar su porcentaje accionarial en la empresa vasca. La envergadura de la operación y el limitado número de fondos de capital riesgo con suficiente capacidad de inversión para competir por ITP restringen significativamente la cantera de potenciales adquirentes.
En todo caso, la aprobación final de cualquier operación requerirá el visto bueno de Moncloa conforme a la ley antiopas. El Gobierno central tiene un interés declarado en que ITP Aero permanezca bajo control de accionistas españoles o europeos, considerando la empresa como infraestructura crítica para la autonomía estratégica y la soberanía tecnológica de Europa en materia de defensa y propulsión aeronáutica avanzada.
El extraordinario valor creado por Bain Capital en esta inversión refleja tanto el potencial subyacente de la compañía vasca como la favorable coyuntura de mercados de defensa y aviación civil. La operación se perfila como un hito significativo en la historia del capital riesgo español, demostrando la capacidad de los fondos norteamericanos para multiplicar valor en empresas industriales de base tecnológica mediante gestión operativa y alineación de incentivos con los mercados globales.



Deje un comentario