Estos vuelos, imprescindibles para garantizar la cohesión territorial, operan en el 23% de los aeropuertos europeos que dependen exclusivamente de turbopropulsores. En Europa existen más de 1.000 rutas de este tipo, el 72% sobre el mar, imposibles de sustituir por tren u otros modos de transporte.
El modelo ATR 72-600 destaca por emitir un 45% menos de CO2 que los reactores regionales de similar capacidad. Además, ya puede operar con un 50% de combustible sostenible (SAF) y alcanzará el 100% antes de finalizar la década.
ATR participa activamente en el programa europeo UERA, destinado a desarrollar la propulsión híbrida aérea. El objetivo es realizar vuelos de demostración con sistemas híbrido-eléctricos basados en el ATR 72-600 hacia 2030, reduciendo aún más el impacto ambiental.
Para sostener esta evolución, la empresa propone a la UE duplicar los fondos de investigación aeronáutica civil en el próximo marco financiero y garantizar un acceso equitativo a los combustibles sostenibles, vitales para la aviación regional.

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