El fabricante aeronáutico europeo ha emitido un comunicado desde su sede en Toulouse (Francia) en el que agradece a las aerolíneas, autoridades, empleados y demás partes interesadas su apoyo en la implementación de estas medidas, así como su comprensión ante la decisión de Airbus de anteponer la seguridad a cualquier otra consideración operacional o comercial.
La acción preventiva se inició el pasado 28 de noviembre mediante una Transmisión de Alerta a Operadores (AOT), posteriormente refrendada por una Directiva de Aeronavegabilidad de Emergencia de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA). El origen del problema fue un incidente ocurrido el 30 de octubre con un vuelo de JetBlue entre Cancún (México) y Newark (Estados Unidos), cuando la aeronave experimentó una pérdida inesperada de altitud.
Las investigaciones revelaron que la radiación solar intensa puede corromper datos críticos para el funcionamiento de los sistemas de control de vuelo en determinadas configuraciones de software de la familia A320. La solución consiste principalmente en revertir los sistemas a versiones anteriores del software, un proceso que requiere aproximadamente dos horas por avión.
El impacto global de esta directiva de emergencia ha sido significativo pero menor de lo inicialmente temido. Según las fuentes consultadas, al menos 430 vuelos fueron cancelados durante el fin de semana del 29 y 30 de noviembre en diversas aerolíneas de todo el mundo. JetBlue fue la más afectada con unas 170 cancelaciones el domingo, seguida de ANA Holdings en Japón con 95 vuelos suspendidos.
En Australia, Jetstar canceló aproximadamente 90 vuelos, afectando a más de 15.000 pasajeros, aunque la aerolínea completó las actualizaciones y retomó operaciones normales el domingo. En Filipinas, Philippine Airlines y Cebu Pacific suspendieron conjuntamente más de 40 vuelos domésticos e internacionales, mientras que Air France canceló 35 operaciones.
La aerolínea colombiana Avianca ha sido una de las más perjudicadas proporcionalmente, con más del 70 por ciento de su flota afectada. Como consecuencia, la compañía suspendió la venta de billetes para viajes hasta el 8 de diciembre y advirtió de disrupciones significativas durante los próximos diez días desde el inicio de la crisis.
En Estados Unidos, American Airlines, el mayor operador mundial de A320 con 480 aparatos, tuvo que actualizar 209 aviones, aunque logró completar la mayoría de las modificaciones durante la noche del viernes al sábado, minimizando las cancelaciones. United Airlines solo tuvo seis aeronaves afectadas y Delta menos de 50, ambas sin cancelaciones relevantes.
En Europa, las disrupciones fueron mínimas. Lufthansa, easyJet, Wizz Air (con 83 aviones afectados), ITA Airways y SAS completaron las actualizaciones durante la noche sin cancelaciones. British Airways solo tuvo tres aviones que requerían la modificación. El ministro de Transportes francés, Philippe Tabarot, confirmó que la situación se estabilizó rápidamente gracias a la velocidad de implementación.
En Oriente Medio, aerolíneas como Etihad Airways, Air Arabia y Gulf Air confirmaron haber completado las actualizaciones con mínimas disrupciones, retornando a operaciones normales. Air India, con 113 aviones afectados, completó las actualizaciones en más del 90 por ciento de su flota sin registrar cancelaciones, aunque sí algunos retrasos.
Guillaume Faury, consejero delegado de Airbus, se disculpó públicamente a través de LinkedIn por los desafíos logísticos y retrasos causados, asegurando que los equipos de la compañía trabajaron incansablemente para ayudar a los operadores a implementar las actualizaciones lo más rápido posible mientras se mantenían los más altos estándares de seguridad.



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