SEPLA denuncia la precariedad de las condiciones laborales de los pilotos de helicópteros en España

Un helicóptero Bell 412 del 112 de Cantabria. (foto: Sepla)
Un helicóptero Bell 412 del 112 de Cantabria. (foto: Sepla)

Se calcula que en España hay aproximadamente 550 licencias de pilotos de helicóptero. De ellas, la mayoría corresponden a servicios públicos de extinción de incendios, salvamento marítimo y emergencias médicas (apenas existen líneas regulares de operaciones privadas), además de algunos otros trabajos aéreos más residuales. Según el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), este colectivo viene sufriendo unas condiciones de trabajo cada vez más precarias que están provocando una preocupante escasez de pilotos de helicóptero. Algo que pone en riesgo la prestación de unos servicios de emergencias que resultan críticos para la sociedad. 

La problemática a la que se enfrentan estos profesionales

Por un lado, estos servicios se adjudican mediante concurso público convocado por el Estado o las comunidades autónomas, que priorizan costes frente a calidad y obligan a los operadores -hay 15 en España, según la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA)- a competir únicamente por precio, lo que en ocasiones lleva a bajadas temerarias para conseguir adjudicaciones. Y si en los cuatro años de vigencia del contrato sube el IPC (ej. el precio del combustible), la empresa adjudicataria no puede repercutir el incremento de los costes operativos.  

Por otro lado, la mayoría de las operaciones de helicópteros son monotripuladas (salvo operaciones nocturnas, de salvamento marítimo y algunas excepciones en determinadas comunidades autónomas), por lo que el piloto recién formado no puede adquirir experiencia y horas de vuelo. Además, al tratarse de servicios de emergencias, el número de horas de vuelo anuales pueden rondar las 100-150, frente a las 900 de un piloto de línea aérea. 

Además, el coste de la licencia es muy elevado, mayor que la de avión comercial, situándose en una horquilla entre 70.000 y 102.000 euros en el caso de la licencia ATPL(H) -Airline Transport Pilot Licence (Helicopter)-, sin que exista ningún tipo de ayuda o financiación pública. Mientras que los salarios son inferiores a los de los pilotos de líneas aéreas, y entre un 20% y un 30% más bajos que los de helicópteros en países como Alemania, Italia o Reino Unido.  

En el caso de Avincis (antes Babcock), el mayor operador de helicópteros de España, el convenio colectivo se firmó en 2015 y lleva caducado desde 2018. “En estos diez años no ha existido ningún tipo de negociación ni subida de IPC, y esto se traduce en que los pilotos hemos perdido en torno a un 25% de poder adquisitivo”, asegura Eugenio Ricote, delegado sindical de Sepla en Avincis

Por último, el sector de helicópteros ofrece a los pilotos una escasa estabilidad laboral (finalizado el periodo de vigencia del contrato público, si no se renueva, los profesionales tienen que ser reubicados) y una programación cambiante que dificulta la conciliación familiar. “Las programaciones salen a tres meses y se anuncian el día 25 del mes anterior, pero cambian casi cada día porque tienen que hacer malabares al no haber pilotos suficientes, y el día 5 del mes en curso puedes estar ya en la versión 7 de la programación inicial”, apunta David Abad, colaborador del Departamento Técnico de Sepla

El resultado de todo esto es que en España la profesión no atrae a los jóvenes, no hay relevo generacional, y la media de edad aproximada del colectivo se sitúa en los 52 años. Además, existe una fuga de talento hacia otros países que ofrecen mejores salarios y condiciones laborales. Solo de Avincis, en los últimos 2-3 años son 17 los pilotos que han decidido expatriarse a países de África, Oriente Próximo y América. 

Uno de ellos es el propio David Abad, que actualmente trabaja en un operador del Golfo Pérsico: “Estuve 11 años realizando salvamento marítimo con base en Viveiro (Lugo) sin una sola subida de sueldo. Ahora gano un 40% más, tengo programaciones anuales (y si hay variaciones, te pagan una compensación) y manejo helicópteros nuevos (en España el parque es muy antiguo). Eso sí, el coste personal y familiar es brutal: más de 183 días al año estoy fuera de mi casa”, explica. 

Desde Sepla se insiste en la necesidad de concienciar a las diferentes partes implicadas de la importancia de mejorar las condiciones laborales del sector para fomentar la incorporación de nuevos pilotos de helicópteros al colectivo y frenar el éxodo de profesionales, con el fin de garantizar la cobertura de un servicio esencial de protección civil. Para ello, es esencial que las Administraciones públicas mejoren los presupuestos para los servicios de emergencias y soliciten que estos se presten con tripulaciones de dos pilotos. 

 


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