Peter Cerdá, director ejecutivo de ALTA, destacó que en 2024 se alcanzaron los niveles más altos de tráfico aéreo en la historia de la región, y que en 2025 se mantiene un fuerte impulso. Actualmente, Latinoamérica y el Caribe están más conectados que nunca, y se espera que esta tendencia se mantenga en los próximos 25 años hasta 2050.
En cifras, la industria de transporte aéreo de pasajeros y carga generó en 2024 unos $240.000 millones de dólares, equivalentes al 3,6 % del PIB regional, y dio empleo a 8,3 millones de personas. Para 2033, se proyecta que el impacto económico se duplique, alcanzando los $500.000 millones de dólares y 15 millones de empleos.
A pesar de este panorama prometedor, Cerdá subrayó que la región enfrenta serios desafíos. “América Latina sigue siendo la región más cara del mundo en tasas e impuestos por pasajero, afectando tanto a vuelos nacionales como internacionales”, afirmó. Además, más de la mitad de los vuelos operan desde terminales aéreas congestionadas, lo que incrementa los costos y reduce la eficiencia operativa de las Líneas Aéreas.
Otro dato revelador es el bajo promedio de viajes por avión per cápita en la región: apenas 0,6 al año, frente a los 2,5 de Estados Unidos y Canadá y casi 5 en España. Esto refleja un enorme potencial de crecimiento si se logran superar las barreras estructurales.
Por su parte, Roberto Alvo, presidente del comité ejecutivo de ALTA, también criticó medidas recientes como la nueva tasa para pasajeros en conexión internacional en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez de Lima, que considera perjudicial para la conectividad y el turismo en la costa oeste de Latinoamérica. Asimismo, cuestionó la ley brasileña que exige el uso de combustibles sostenibles (SAF) a partir de 2027, señalando que actualmente no existe en la región una empresa que produzca SAF ni existen proyectos de en el sector privado y público aprobados para su desarrollo.
Por último, Juan Carlos Salazar, secretario general de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), compartió la visión estratégica global de ALTA para 2050, que incluye tres grandes metas: cero víctimas por accidentes o actos ilícitos, cero emisiones netas de carbono, y conectividad universal. Finalmente, aunque las aerolíneas ven un futuro brillante para la aviación de transporte y carga en Latinoamérica, insisten en que este crecimiento solo será sostenible si los gobiernos adoptan políticas fiscales y regulatorias más equitativas, que reconozcan el papel vital del transporte aéreo en el desarrollo económico y social de la región.
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