La aerolínea eleva ahora su meta y aspira a alcanzar una reducción del 55 por ciento de las emisiones directas por pasajero-kilómetro en 2030, siempre en relación a 2012. Volotea ha consumido más de 2,4 millones de litros de combustible sostenible desde 2022 y ha renovado su flota en los últimos años, operando actualmente 41 aviones Airbus A319 y A320, más eficientes ambientalmente.
Entre las medidas implementadas está la integración del sistema de optimización de descenso Descent Profile Optimization en toda la flota, que ha permitido reducir hasta 958 toneladas de CO₂ desde 2019. Además, destaca la colaboración internacional en proyectos de innovación y descarbonización, como la inversión en el desarrollo del primer avión eléctrico comercial, que se espera vuele en 2026, y la participación en tecnologías de Captura Directa de Aire para la eliminación de CO₂.
La estrategia de sostenibilidad de Volotea, agrupada en el plan Voloterra, se basa en cinco pilares: conectividad eficiente, reducción de emisiones, uso creciente de SAF, innovación y transparencia. Volotea realiza auditorías externas de su desempeño en sostenibilidad, la más reciente a cargo de EQA, especializada en certificaciones internacionales, reafirmando así su compromiso con la descarbonización del sector aeronáutico.
La empresa fue fundada en 2011 y opera en 110 aeropuertos de 19 ciudades europeas, con más de 2.000 empleados y una red de más de 420 rutas. Durante 2025 ofrecerá 12,7 millones de asientos y prevé operar unos 75.000 vuelos, consolidándose como referente en conectividad aérea regional e impulsando el desarrollo económico y social de los territorios en los que opera.
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