La firma estuvo completamente inactiva durante los últimos dos años, lo que aceleró su deterioro patrimonial. Serair había despedido a la totalidad de su plantilla, que llegó a contar con 30 empleados en sus momentos de mayor operatividad. Una parte importante de esos trabajadores iniciaron reclamaciones ante la jurisdicción laboral para exigir el reconocimiento de sus derechos vulnerados. El Ministerio de Trabajo también extendió dos actas de infracción a la compañía por incumplimientos laborales.
Gestión Aigs, un despacho madrileño especializado en procedimientos de insolvencia empresarial, ha sido designado como administrador concursal responsable de gestionar el expediente y velar por los intereses de los acreedores. Juan José Cabrera Feo actúa como administrador único de la sociedad. La sede social de Serair estaba ubicada en la calle Clavel número 2 de Las Palmas de Gran Canaria.
Serair ofrecía un amplio catálogo de servicios aeronáuticos de alta especialización en el Archipiélago. La empresa operaba vuelos de taxi aéreo, ejecutando transportes puntuales de pasajeros en demanda. Asimismo, prestaba servicios de ambulancia aérea, incluyendo evacuaciones médicas y transferencias sanitarias urgentes. El transporte de carga constituía una línea operativa importante, permitiendo trasladar mercancías diversas. Estos servicios conectaban España, las Islas Canarias y el norte de África.
Serair acumuló números rojos consecutivos desde el ejercicio 2018, sumando pérdidas cercanas a 6 millones de euros durante ese período de casi siete años. El resultado fue devastador: el patrimonio neto se convirtió en negativo, alcanzando una cifra de 1,8 millones de euros en rojo.
Las deudas de Serair agravaban aún más su situación de insolvencia. La compañía arrastraba una deuda agregada de aproximadamente 3 millones de euros. Esta combinación de pérdidas acumuladas, patrimonio negativo y obligaciones de pago sin capacidad de financiación hizo imposible la continuidad operativa. Cuando una sociedad presenta el patrimonio neto reducido a cifra negativa, incurre en causa legal de disolución conforme a la legislación de sociedades de capital.
El procedimiento de insolvencia abierto ahora debe determinar si existe alguna posibilidad de reestructuración, saneamiento o venta de activos conforme a la Ley Concursal. En la mayoría de casos similares, cuando una empresa acumula tal volumen de pérdidas y opera con patrimonio negativo, el concurso suele transitar hacia la liquidación y distribución de remanentes entre acreedores. Los trabajadores con créditos de naturaleza laboral tendrán prioridad en cobro frente a otros acreedores.
La aviación charter y los servicios de taxi aéreo enfrentan márgenes comerciales estrechos, volatilidad en la demanda de clientes, y costes operativos elevados e inelásticos. La pandemia de COVID-19 aceleró la crisis de muchos operadores de este segmento, alterando drásticamente la viabilidad de empresas dependientes del tráfico de pasajeros.
Canarias como territorio insular depende en gran medida de la conectividad aérea para mantener su economía. Aunque la aviación comercial de línea regular es la columna vertebral del tráfico, los servicios especializados como los que ofrecía Serair cumplen funciones críticas. Las ambulancias aéreas garantizan la transferencia de pacientes críticos hacia centros hospitalarios con mayor capacidad. Los servicios de taxi aéreo facilitan desplazamientos urgentes entre islas.
La desaparición de Serair crea un vacío en la oferta de estos servicios especializados en el Archipiélago. Otras empresas operadoras, como Ambulancias Vecindario y Eliance Aviation Global Services, prestan servicios de ambulancia aérea para el Servicio de Urgencias Canario. Sin embargo, la diversidad de proveedores asegura mejores precios y condiciones competitivas. La salida del mercado de Serair reduce esa competencia y puede generar presiones alcistas sobre tarifas de servicios de emergencia.
El factor temporal es relevante para entender la insolvencia de Serair. La empresa acumuló pérdidas desde 2018 durante casi siete años consecutivos, sin interrupción ni cambio de dirección estratégica. Este período prolongado advierte la posibilidad de que las causas de deterioro operativo fueron profundas y persistentes.
La capacidad de reacción ante crisis es determinante en industrias de capital intensivo como la aviación. Serair no logró ajustar gastos, obtener financiación de emergencia, fusionarse con competidores más robustos o captar inversores que revitalizaran operaciones.
La inactividad durante dos años sugiere que la empresa había agotado ya todas las vías de salvamento posibles y que los accionistas decidieron abandonar el proyecto sin intentar reanimarlo formalmente.



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