Según los comunicados oficiales, Iberia y Air Europa prevén reanudar sus operaciones a partir de marzo de 2026, mientras que Plus Ultra estima retomar sus vuelos en abril del mismo año, sujeto a la evolución de las condiciones de seguridad. Por su parte, PEGAS Touristik, que había suspendido sus vuelos hacia Margarita, confirmó que mantendrá esta decisión hasta finales de febrero de 2026, trasladando a sus pasajeros hacia Varadero, Cuba, como destino alternativo.
Por otra parte, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), emitió este lunes un comunicado en el que advierte que los vuelos con origen o destino en Venezuela podrían verse afectados hasta el 31 de diciembre de 2025, en atención a recomendaciones internacionales sobre riesgos en la región. Aunque no se han impuesto restricciones absolutas, AESA recomienda a las aerolíneas evaluar cuidadosamente sus operaciones y aplicar protocolos adicionales para garantizar la seguridad de las aeronaves y los pasajeros.
Esta advertencia se suma a la creciente preocupación en el sector aeronáutico, que busca equilibrar la continuidad de los servicios con la protección de los viajeros en un contexto geopolítico complejo.
En medio de este panorama, el director general de la Aeronáutica Civil de Colombia, Luis Alfonso Martínez Chimenty, sostuvo una reunión con José Armando Rodríguez, gerente de Laser Airlines, con el objetivo de fortalecer los lazos aéreos entre Colombia y Venezuela. El encuentro, realizado este lunes 1 de diciembre, buscaría establecer acuerdos que permitan ampliar la conectividad y mejorar la oferta de vuelos entre ambos países vecinos, en beneficio de los pasajeros y del comercio bilateral.
La suspensión de vuelos por parte de las aerolíneas españolas y PEGAS Touristik, junto con las advertencias de AESA, refleja un escenario desafiante para la aviación comercial y de carga en Venezuela. Sin embargo, los esfuerzos diplomáticos venezolanos y las iniciativas de cooperación regional demuestran que la industria aérea sigue trabajando para garantizar la movilidad y la seguridad de los pasajeros, mientras se monitorean las condiciones del espacio aéreo venezolano ante la posibilidad de alguna operación militar estadounidense.
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