Tiene una cobertura ampliada de hasta unos 185 km. y refuerza la vigilancia aérea en una zona de gran tránsito de vuelos internacionales. Recoge los datos y los procesa en tiempo real para ofrecer una imagen clara del espacio aéreo, también en entornos complejos, detectando las aeronaves incluso ante la presencia de parques eólicos.
Una de sus grandes ventajas es su capacidad para reducir interferencias. Por ejemplo, su tecnología mitiga eficazmente el ‘clutter’, que son los ecos y señales no precisas en los sensores, facilitando una detección más eficiente en condiciones de entornos más complejos, reduciendo falsas alarmas. Todo esto se traduce en una mayor probabilidad de detección de aeronaves y en una respuesta más rápida ante cualquier situación inesperada.
Con esta nueva incorporación de este proyecto, financiado con fondos europeos, que apoyan infraestructuras modernas, eficientes y sostenibles, Enaire refuerza la gestión del tráfico aéreo en toda la Región Canaria, dando un paso más en su compromiso por ofrecer un servicio seguro, innovador y de calidad para la ciudadanía.
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