En el estudio de ALTA, que mide el primer semestre de 2025, destaca que mientras que Latinoamérica en su conjunto experimentó un crecimiento interanual del 4,4% en julio, impulsado por compañías aéreas con base en la región que lideraron la expansión mundial con un aumento del 7,2%, Venezuela se mantuvo rezagada. Como muestra, solo en el pasado mes de julio, el número de pasajeros internacionales que viajaron desde y hacia el país caribeño cayó un 4,8%. Entre las rutas más afectadas se encuentran las conexiones con Perú, Panamá, República Dominicana y Trinidad y Tobago.
En el caso de Perú, los vuelos fueron completamente suspendidos desde agosto de 2024 por decisión del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), lo que llevó a que en julio de 2025 no se registrara ningún vuelo entre ambos países, frente a los 62 vuelos del mismo mes del año anterior que realizaban 2 aerolíneas.
La situación con Panamá también refleja una fuerte contracción, ya que, aunque los vuelos comerciales entre el Aeropuerto Internacional de Maiquetía con el de Tocumén se reanudaron el 27 de mayo de 2025, la oferta de asientos cayó un 65% y el número de vuelos se redujo en un 64%. Se pasó de 418 en julio de 2024 a solo 150 en julio de este año, y sin expectativa alguna que se reactiven las rutas en Venezuela de Barquisimeto, Barcelona, Valencia y Maracaibo. Esta disminución se da en un contexto de relaciones diplomáticas suspendidas entre ambos países, y las cuales seguirán paralizadas de acuerdo con declaraciones recientes del presidente de Panamá José Raúl Mulino.
En cuanto a República Dominicana, los vuelos fueron suspendidos desde julio de 2024 como respuesta del gobierno venezolano a lo que calificó como “acciones injerencistas” por parte del presidente dominicano Luis Abinader, relacionadas con el desconocimiento del resultado de las elecciones presidenciales venezolanas del año pasado. Con la suspensión de operaciones comerciales con la Antilla dominicana, Venezuela pierde 60% de operaciones aéreas las cuales no se prevén reactivar a largo plazo.
Más recientemente, se ha visto afectada la ruta entre Trinidad y Tobago y Venezuela, luego de que Caribbean Airlines anunciara la suspensión temporal de sus operaciones durante todo el mes de septiembre de 2025, esto como consecuencia de la escalada de tensiones entre la administración del presidente Trump y el régimen venezolano. A ello se suma la posición de la primera Ministra Kamla Persad-Bissessar de Trinidad y Tobago, que ha señalado al presidente Nicolas Maduro como líder de una organización terrorista internacional.
A pesar de este panorama adverso para la conectividad aérea venezolana, algunos mercados han mostrado señales positivas, donde por ejemplo la conectividad con Colombia aumentó un 14% y con México un 25%, convirtiéndose en puentes aéreos estratégicos para que los pasajeros venezolanos puedan acceder a otros destinos internacionales.
La caída del tráfico aéreo internacional no solo refleja una pérdida de conectividad, sino también un impacto económico y social significativo para Venezuela, que sigue enfrentando desafíos en su reintegración al sistema aéreo regional. La recuperación dependerá en gran medida de la normalización de relaciones diplomáticas y de una política aérea más abierta y estable.
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