La solución ya está disponible en ocho pasarelas de embarque del Aeropuerto de Fortaleza y nueve del Aeropuerto de Porto Alegre. Se espera que reduzca 6.000 toneladas de emisiones de CO₂ al año en la primera y 7.000 toneladas al año en segunda.
El sistema elimina la necesidad de equipos alimentados con diésel o queroseno, como las unidades de potencia terrestre (GPU). Además de reducir los costos operativos de las aerolíneas, la solución reduce el consumo de combustible, el ruido en la plataforma y el movimiento de vehículos de apoyo, lo que aumenta la eficiencia y la seguridad operativa.
En Brasilia, donde la tecnología se implementó en 22 puentes de embarque hace cinco años, ya ha logrado una reducción de 17.000 toneladas de emisiones anuales de carbono. Para finales de año, el servicio se ampliará a 26 puentes, cubriendo todos los vuelos nacionales desde la terminal.
Se proyecta reducir en los aeropuertos más de 80.000 toneladas de emisiones de CO₂ al año.
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