Durante el vuelo, KLM implementó diversas medidas sostenibles para evaluar su viabilidad como prácticas estándar en sus operaciones futuras. Uno de los principales cambios fue la implementación del procedimiento de ascenso OptiClimb, que permite ahorrar hasta un 1% de combustible ajustando la velocidad de ascenso en función del peso del avión, las condiciones meteorológicas y la ruta.
Foto: KLM
Los aeropuertos también jugaron un papel crucial en esta iniciativa. Tanto en Ámsterdam como en Valencia, se priorizó el uso de equipos eléctricos en lugar de vehículos convencionales para las operaciones en tierra, reduciendo así la huella de carbono de cada movimiento en pista.
A bordo, los cambios fueron igualmente significativos. Para reducir peso y residuos, se eliminaron las vajillas de cerámica y se optó por materiales más ligeros y reciclados, como la taza de clase Business hecha con residuos agrícolas. Además, los carros de catering fueron rediseñados para facilitar la separación y procesamiento de residuos, y el vino se sirvió en "tubos de vino" en lugar de las tradicionales botellas individuales, lo que disminuyó tanto el peso como la generación de desechos.
Otra innovación destacada fue la digitalización de la revista de a bordo, el Holland Herald, que los pasajeros pudieron consultar a través de la conexión Wi-Fi del avión, reduciendo el uso de papel. La tripulación también mostró su compromiso con la sostenibilidad al vestir uniformes hechos de materiales más ecológicos y calzar zapatillas deportivas de la marca Filling Pieces, recientemente incorporadas al uniforme.
Foto: KLM
KLM también involucró a los pasajeros en esta transición hacia una aviación más verde. Aquellos que optaron por comprar combustible alternativo sostenible (SAF) recibieron prioridad de embarque, justo después de los pasajeros Skypriority. Además, en el aeropuerto de Schiphol se instalaron puntos de agua para rellenar botellas reutilizables, incentivando a los pasajeros a evitar el uso de botellas de plástico.
La concejala de Turismo, Innovación e Inversiones del Ayuntamiento de Valencia, Paula Llobet, destacó la importancia de estas iniciativas, subrayando que solo a través de la colaboración entre gobiernos locales, aerolíneas y organizaciones internacionales se podrán alcanzar los objetivos comunes de sostenibilidad en la aviación. Por su parte, Maarten Koopmans, consejero delegado de KLM Cityhopper, afirmó que estas acciones son un reflejo del compromiso de la aerolínea con un futuro más sostenible, asegurando que cada innovación probada, por pequeña que sea, contribuye significativamente hacia un cambio positivo en la industria aérea.
The Aviation Challenge, inspirado en la histórica carrera Londres-Melbourne de 1934, refleja los retos actuales de la aviación, donde el objetivo ya no es solo conectar distancias, sino hacerlo de manera responsable y sostenible. Con esta iniciativa, KLM busca sentar las bases para que los vuelos comerciales regulares del futuro sean lo más respetuosos posible con el medio ambiente, demostrando que la sostenibilidad y la aviación pueden coexistir y avanzar de la mano.
Deje un comentario