Luis Piñeiro
Corresponsal de Grupo Edefa en Buenos Aires
El ministro de Transporte y Servicios Públicos de Argentina, Guillermo Dietrich, anunció un programa de inversiones para obras en los aeropuertos nacionales, por valor de unos 1.310 millones de euros hasta el año 2019, con la mira puesta en aumentar y mejorar la actividad de transporte aéreo en la nación.

Otros 105 millones de euros serán usados para hacer eficientes las operaciones aéreas y 100 para mejorar la conectividad con todo el país. Este movimiento de obras y servicios generará doce mil puestos de trabajo directos en toda la actividad del transporte aéreo. El objetivo señalado por Dietrich es que debe duplicarse el movimiento de pasajeros en la Argentina en los próximos cuatro años y desarrollar el mercado de carga para productos exportables, algo totalmente desaprovechado hasta el momento.
Comentó que «hay un enorme atraso en obras e infraestructura aeroportuaria, existiendo aeropuertos que no recibieron inversiones sensibles en décadas y lo mismo ocurre en materia de tecnología para las operaciones de control, donde sólo hay un pequeño número de estaciones con los medios adecuados. Los objetivos de duplicación del movimiento aeronáutico y la conectividad de ciudades del interior exige mejores aeropuertos, con mas y mejores medios de apoyo y adoptar la tecnología que vuelva seguro el traslado de los viajeros», comento el titular de la cartera.

Obras y objetivos
Las obras incluyen la ampliación y actualización de las estaciones aéreas, nuevas pistas de aterrizaje y mejoras varias, como torres de control y sistemas de rescate e incendios, además de una sensible modernización de los sistemas de apoyo al vuelo en los aeropuertos. En muchos casos se busca potenciar el mercado turístico y, por ello son las obras en aeródromos como Puerto Iguazú (cerca de las famosas cataratas); Bariloche, en la Patagonia; o Jujuy, mientras que en otros se busca aumentar el flujo de carga hacia el exterior, como en Tucumán, neta exportadora de arándanos, que deben llegar frescos a Estados Unidos y para ello amplía sus capacidades de pista e instalaciones.

También se dispondrá de servicios de Internet gratuitos en todos los aeródromos nacionales, se adquirirán cintas para equipaje, nuevos mostradores de facturación y mejorarán las salas de embarque, vetustas en muchas estaciones actuales. Este es uno de los puntos críticos que siempre fueron denunciados por los viajeros, el regular servicio en tierra, incluyendo los puestos aduaneros, migratorios y de seguridad, los cuales deben mejorar y ampliar su plantel tecnológico, como así también la seguridad de los mismos campos aéreos.
Punto crítico es la seguridad aeroportuaria y el apoyo al vuelo y por ello se dispondrán importantes inversiones para el equipamiento en todo el país de nuevos sistemas de aterrizaje por instrumentos ILS (Instrument Landing System), ayudas radioeléctricas a las operaciones aéreas y comunicaciones renovadas. Dietrich mencionó que hay algunos instalaciones que tienen ILS con más de veinte años de servicio, lo que no implica riesgo para las operaciones, pero limita la disponibilidad de rutas y vuelos, por lo que se hará una importante renovación y ampliación de eso sistemas, esenciales para las actividades.

Sindicatos
Obviamente y no siendo punto principal que tratamos aquí, es que debe articularse un entendimiento con los sindicatos aeronáuticos, actores importantes de la actividad del transporte aéreo que tienen mucha fuerza política en el país y pueden arruinar cualquier programa de inversiones si no se los tiene en cuenta o que ellos mismos consideren que los dejan afuera de toda política de planeamiento en la materia. Las tensiones habituales entre los sindicatos y el Estado deben posicionarse en estadios lógicos, que no perturben ni las obras de infraestructura ni las operaciones aéreas.

Existe una deuda pendiente en materia de infraestructura aeroportuaria en el país, pues hubo muchos anuncios en el pasado y pocas concreciones. El mundo dinámico del comercio mundial y el turístico internacional creciente demanda que el Estado dirija sus inversiones públicas al crecimiento de la actividad, que, demostrado está, es generadora de nuevas oportunidades laborales y se retroalimenta potenciando los negocios.