Los paracaídas para aviones pequeños ya han salvado 478 vidas, ¿podrían llegar a ser obligatorios?

Representación del funcionamiento del paracaídas balístico de BRS Aerospace en un avión pequeño. Imágenes: BRS Aerospace
Representación del funcionamiento del paracaídas balístico de BRS Aerospace en un avión pequeño. Imágenes: BRS Aerospace
El sistema de paracaídas para toda la aeronave de BRS Aerospace que ha salvado 478 vidas a nivel mundial. Empresas como Cirrus Aircraft, Cessna, Bristell, Sling Aircraft, etc. han incorporado este dispositivo como equipamiento estándar. Las autoridades regulatorias como EASA y FAA han regulado su implementación, siempre teniendo en cuenta que sea un añadido de seguridad, no sustituyendo a otras medidas. 

Los paracaídas para aviones, nos plantean las siguientes cuestiones: ¿podrían ser el airbag de las aeronaves? Al igual que el sistema de BRS Aerospace, el airbag en automoción, comenzó como un dispositivo de seguridad opcional y caro, y ahora es obligatorio. ¿Se puede escalar su tamaño para aeronaves más grandes? ¿Puede ser la clave para que se permita a aeronaves autónomas, UAVs y aerotaxis sobrevolar ciudades? En las siguientes líneas analizaremos la situación actual.

Un avión acrobático Rans-7 al que se le desprendió un ala durante una exhibición aérea en Argentina en agosto de 2010. Muestra el paracaídas de emergencia BRS Aerospace (Ballistic Recovery Systems) que se desplegó y salvó la vida del piloto. Foto: BRS Aerospace

Un avión acrobático Rans-7 al que se le desprendió un ala durante una exhibición aérea en Argentina en agosto de 2010. Muestra el paracaídas de emergencia BRS Aerospace (Ballistic Recovery Systems) que se desplegó y salvó la vida del piloto. Foto: BRS Aerospace

BRS Aerospace es la empresa especialista mundial en sistemas de recuperación de aeronaves completas mediante paracaídas, con más de 37.500 sistemas entregados que han resultado en 478 vidas salvadas. La compañía, fundada en 1980 por Boris Popov tras sobrevivir a una caída de 120 metros en un ala delta, ha desarrollado tecnología que permite que una aeronave complete descienda de manera controlada mediante paracaídas. BRS comenzó a comercializar su producto en 1982 para ultraligeros y no fue hasta 1993 cuando consiguió la primera certificación de la FAA para equipar con su paracaídas un Cessna 150/152, que se entregó al cliente en 1994.

El funcionamiento del sistema, que en el caso del fabricante de aeronaves Cirrus, lo han bautizado como CAPS (Cirrus Airframe Parachute System) se basa en un cohete propulsor que despliega el paracaídas en cuestión de segundos. Una vez activado, la aeronave desciende a una velocidad controlada de aproximadamente 5,2 metros por segundo, equivalente a saltar desde una altura de 4 metros.

Solamente el fabricante Cirrus Aircraft reporta que hasta junio de 2025 se han registrado 136 despliegues exitosos con 274 supervivientes. Un estudio académico independiente de la Universidad Wright State confirmó la efectividad del sistema, encontrando una reducción de 13 veces en las probabilidades de fatalidad cuando se despliega el paracaídas comparado con cuando no se utiliza.

Accidentes aeronáuticos mortales en España en 2024

El 100% de las víctimas mortales en 2024 están asociadas a accidentes de aeronaves con masa máxima de despegue (MTOM) inferior a 2.250 kg, que incluye avionetas monomotor y ultraligeros.

Según la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), durante 2024 se registraron 21 accidentes de aviación civil en España con 11 víctimas mortales, siendo estos 7 casos los correspondientes a avionetas monomotor y ultraligeros con resultado de muerte.

La aviación general (que incluye avionetas privadas y de entrenamiento) representa el 71% de las aeronaves implicadas en accidentes en España durante 2024, lo que refleja la mayor exposición al riesgo de este sector comparado con la aviación comercial.

Amplia gama de aeronaves equipadas con paracaídas

Más allá del conocido caso de Cirrus, existe una extensa variedad de aeronaves que pueden equiparse con sistemas de paracaídas. BRS Aerospace ofrece sistemas para actualizar aeronaves ya fabricadas, para los populares Cessna 172 (desde 1966) y Cessna 182 (desde 1964). El sistema para el Cessna 172 cuesta 15.500 dólares y añade 79 libras de peso, mientras que para el Cessna 182 el precio es de 17.500 dólares con 85 libras adicionales.

También se encuentran disponibles sistemas para aeronaves como el Bristell B23, Elixir, Tecnam P-Mentor, y la empresa ha expandido su red de centros de instalación autorizados en últimos meses.

Aeronaves experimentales y deportivas ligeras

La gama de aeronaves experimentales y aeronaves de Aviación Ligera Deportiva (LSA, del inglés Light Sport Aircraft) equipadas es considerable: ICON, Blackwing, FK, Lancair, KitFox, CubCrafters, Glasair, Comco Ikarus, Zenair y otros múltiples modelos experimentales y LSA en todo el mundo.

BRS ha instalado sistemas en más de 350 modelos de aeronaves kit de varios fabricantes, cubriendo desde ultraligeros hasta aeronaves certificadas FAR 23/EASA CS23.

Otras empresas especializadas

Autoflug desarrolla y fabrica sistemas de recuperación para UAV/EVTOL, paracaídas de frenado para programas militares como TORNADO y EUROFIGHTER, habiendo salvado ya más de 180 pilotos.

Butler Parachute Systems produce sistemas para egreso de emergencia, misiones militares, entrega de carga y sistemas UAV.

Perspectiva regulatoria

Posición de EASA

La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) ha desarrollado condiciones especiales para la instalación de sistemas de recuperación balística en aeronaves certificadas bajo CS-VLA. Sin embargo, la agencia enfatiza que "la instalación y uso de un BRS no está destinada a compensar ningún otro requisito de aeronavegabilidad".

EASA ha publicado el Boletín de Información de Seguridad 2018-18, donde indica que los sistemas de sujeción para paracaidistas y protección del piloto en aeronaves de aviación general utilizadas para operaciones de paracaidismo no son requeridos por las regulaciones actuales. La decisión de instalarlos debe ser tomada por el operador basándose en la evaluación de riesgos.

Para drones, EASA ha establecido el MoC (Means of Compliance) M2 que describe métodos aceptados para demostrar que sistemas de seguridad como paracaídas cumplen con las regulaciones, requiriendo un mínimo de 30 pruebas representativas de activación y despliegue.

Perspectiva de la FAA

La Administración Federal de Aviación (FAA) estadounidense ha certificado sistemas BRS para aeronaves específicas, pero no ha establecido requisitos mandatorios generales. La FAA emite aprobación de diseño para paracaídas a nivel de producto de aeronave (certificado de tipo, certificado de tipo enmendado).

La agencia ha regulado paracaídas como accesorios durante más de 80 años, citando su autoridad normativa establecida en 49 U.S.C. 44701(a)(2)(A) para "aeronaves, motores de aeronaves, hélices y accesorios".

En 2022, la FAA modificó las regulaciones para permitir operaciones rutinarias de aeronaves no tripuladas pequeñas sobre personas bajo ciertas condiciones, utilizando un enfoque basado en riesgo que considera factores como tamaño, peso, velocidad y capacidad operacional. En concreto, esta modificación añade específicamente los paracaídas para aeronaves como una medida de mitigación aceptable para operaciones de Categoría 2 y Categoría 3 sobre personas. 

Limitaciones actuales de peso y tamaño

Los sistemas actuales están limitados principalmente a aeronaves ligeras. El Cirrus Vision SF50, con un peso máximo de despegue de aproximadamente 2.700 kilogramos, podría representar el límite superior de aplicabilidad actual de BRS. Su paracaídas tiene un diámetro de 27 metros, "más grande que la envergadura del Concorde".

Proyectos y prototipos futuros

Aviation Safety Resources (ASR) está desarrollando el sistema TriChute Safe Landing, capaz de rescatar aeronaves de hasta 3.600 kilogramos como un Cessna Caravan. Este sistema funciona separando en vuelo el fuselaje de las alas, permitiendo que el fuselaje con pasajeros descienda por paracaídas mientras las alas (con combustible) descienden por separado.

Boris Popov de BRS cree que los aviones comerciales del futuro estarán equipados con algún tipo de sistema de recuperación por paracaídas. Según sus cálculos, cada libra de peso descendente requiere aproximadamente un pie cuadrado de material de paracaídas. Un Boeing 757 cargado de pasajeros podría requerir hasta 21 paracaídas múltiples BRS.

NASA ha financiado investigación con BRS para desarrollar paracaídas de película delgada, métodos de fabricación de refuerzo continuo que resultan en paracaídas más fuertes, y dispositivos de despliegue inteligentes. Una prueba exitosa se registró en una aeronave con motor a reacción de negocios grande.

Materiales del futuro

Popov anticipa que los materiales de paracaídas del futuro permitirán que los sistemas de rescate se utilicen en aeronaves más pesadas. Materiales "a nivel de grafeno y nivel atómico, mucho más delgados, más ligeros y más fuertes que los actuales" prometen "un salto cuántico hacia adelante en peso y rendimiento".

La realidad de las estadísticas de seguridad

Un estudio de la Universidad Wright State analizó 268 accidentes de Cirrus entre 2001 y 2016, encontrando que 82 de 211 accidentes sin despliegue de CAPS fueron fatales (38,9%) comparado con 8 de 57 accidentes con despliegue de CAPS (14,0%). Después de controlar todos los demás factores, la probabilidad ajustada de un accidente fatal cuando CAPS no se desplegó fue 13,1 veces mayor.

Consideraciones de riesgo-beneficio

La revista Aviation Consumer estima que si toda la flota estadounidense estuviera equipada con paracaídas, se podrían salvar aproximadamente 60 vidas por año, representando el 20 por ciento de todas las fatalidades en aeronaves monomotor certificadas. Sin embargo, factores como el error del piloto en el despliegue oportuno reducen esta cifra de un cálculo teórico inicial de 120 vidas salvadas anualmente.

Limitaciones operacionales

Los sistemas tienen limitaciones importantes: altitud mínima recomendada de 183 metros para operación efectiva, velocidad máxima de despliegue, y la necesidad de que el piloto tome la decisión activa de activar el sistema. Situaciones como fallas de motor a baja altitud durante despegue o aterrizaje pueden no proporcionar tiempo suficiente para despliegue efectivo.

Costos y consideraciones económicas

Los sistemas requieren mantenimiento periódico y recertificación cada 10 años con un costo de aproximadamente 15.000 dólares para sistemas Cirrus. El peso adicional (79-85 libras para Cessna) reduce capacidad de carga útil, y la activación del sistema generalmente resulta en pérdida total de la aeronave.

La instalación de sistemas BRS está expandiéndose a través de redes de centros autorizados, con cientos de instalaciones retrofit completadas en Cessna 172 y 182. La empresa continúa en discusiones con fabricantes de "aeronaves turbopropulsadas conocidas de seis a ocho asientos" y fabricantes de aeronaves autónomas en desarrollo.

Conclusión: hacia una aviación más segura

El debate sobre la obligatoriedad de paracaídas en aeronaves pequeñas refleja la tensión entre seguridad mejorada y costos operacionales. Mientras que las estadísticas demuestran claramente la efectividad de estos sistemas para salvar vidas, las autoridades regulatorias mantienen un enfoque cauteloso basado en evaluación de riesgos caso por caso.

La tecnología continúa evolucionando hacia aeronaves más grandes, pero enfrenta desafíos significativos de peso, costo y complejidad física. El futuro probablemente verá una adopción gradual más amplia en aviación general, especialmente en aeronaves monomotor donde la redundancia es limitada, mientras que la aplicación a aviación comercial permanece en el ámbito de la investigación y desarrollo de prototipos.

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