En esta entrevista, su cofundador y consejero delegado, Carles Franquesa, analiza la evolución de la compañía, su apuesta por la inteligencia artificial embarcada en satélites y los planes de expansión vinculados al despliegue de la constelación Hydra. También reflexiona sobre el papel que puede desempeñar el sector espacial español en la autonomía tecnológica europea y sobre cómo la observación térmica desde el espacio se está convirtiendo en una herramienta esencial para la gestión sostenible del planeta.
P.- En su colaboración con entidades como Actua Innovació en Andorra, han trabajado en modelos predictivos para riesgos naturales y gestión de recursos hídricos. ¿Qué aprendizajes clave han extraído de estos proyectos y cómo pueden trasladarse a otros entornos urbanos o rurales?
Carles Franquesa.- La colaboración permitió trasladar nuestros desarrollos piloto a un entorno real, lo que resultó esencial para comprobar su aplicabilidad y eficacia del programa Aistech Mountain Lab.
De estos proyectos hemos extraído aprendizajes clave que refuerzan el valor de nuestra tecnología, como la escalabilidad de los sistemas, el tratamiento avanzado de datos e imágenes especiales, la creación de algoritmos y modelos de procesamiento capaces de generar información precisa y, finalmente, el diseño de mecanismos de alerta y evaluación del nivel de riesgo.
Todo ello constituye una base sólida para trasladar estas soluciones a otros entornos urbanos o rurales, con el fin de mejorar la capacidad de anticipación y respuesta ante fenómenos naturales y la gestión eficiente de recursos críticos como el agua.

Satélite Hydra 1 de Aistech. Foto: Aistech Space
P.- El sector espacial está experimentando una rápida proliferación de constelaciones de pequeños satélites y la integración de inteligencia artificial en la gestión y análisis de datos. ¿Cómo está Aistech Space incorporando estas tendencias tecnológicas en el desarrollo de su constelación y sus servicios?
Carles Franquesa.- En este contexto, en Aistech Space estamos incorporando estas tendencias a través del desarrollo de sistemas de procesamiento de datos basados en inteligencia artificial directamente a bordo de nuestros satélites.
Este enfoque nos permite analizar las imágenes en el mismo momento en que son generadas en el espacio, lo que reduce tiempos y aumenta la eficiencia en la obtención de información útil. Además, trabajamos en la creación de mecanismos de alerta y alarma basados en los datos e imágenes recopiladas, capaces de ofrecer una respuesta temprana ante situaciones críticas.
A ello se suma el desarrollo de sistemas avanzados de control y monitorización de áreas de interés, con capacidad para la detección automática y autónoma de movimientos o actividades no declaradas.
De este modo, no solo ampliamos las capacidades de nuestra constelación, sino que damos un paso más hacia una observación de la Tierra más inteligente, proactiva y orientada a la toma de decisiones en tiempo real.
P.- Han anunciado el despliegue de una de las primeras constelaciones comerciales capaces de captar imágenes térmicas de alta resolución bajo demanda. ¿Qué ventajas competitivas aporta esta capacidad frente a otros proveedores de observación terrestre, y qué aplicaciones emergentes están detectando en el mercado?
Carles Franquesa.- Nuestra tecnología ofrece una resolución térmica inferior a los 30 metros, muy por encima de lo que permiten actualmente otros satélites, lo que abre la puerta a una monitorización mucho más precisa de fenómenos críticos.
A ello se suma la capacidad de revisita subdiaria, que garantiza una observación, prácticamente en tiempo real. De esta forma se aporta un valor añadido esencial para aplicaciones dinámicas como la prevención y detección de incendios forestales, la gestión de infraestructuras críticas, el control de áreas estratégicas, la monitorización de emisiones de calor y contaminantes en la atmósfera, o la optimización de recursos hídricos.
Otro factor diferencial es la posibilidad de que los usuarios soliciten imágenes bajo demanda, adaptando el nivel de supervisión a zonas o activos concretos en función de sus necesidades específicas. Todo ello se integra en Alex, nuestra plataforma en la nube que facilita un acceso ágil a los datos generados y permite aplicar modelos de inteligencia artificial para extraer valor añadido de las imágenes.
Estas capacidades se ven reforzadas por cuatro atributos clave de nuestra constelación: una mayor precisión, que permite estimar riesgos con más fiabilidad que las soluciones actuales; una mayor frecuencia, con capacidad de monitorizar áreas críticas varias veces al día; una mayor accesibilidad, gracias a la cobertura recurrente de grandes áreas a un coste competitivo; y una elevada escalabilidad, que permite dimensionar y personalizar la constelación según los requisitos de cada cliente.
En conjunto, estas ventajas no solo nos diferencian de otros proveedores de observación terrestre, sino que también están generando nuevas oportunidades de mercado en sectores tan diversos como la gestión medioambiental, la seguridad, la energía, la agricultura o las finanzas.

Satélite Hydra 1 de Aistech. Foto: Aistech Space
P.- La interoperabilidad y la conectividad entre diferentes sistemas satelitales y terrestres es un reto creciente. ¿Qué papel juega la colaboración con otras empresas y organismos —como la reciente alianza con Lunar Station Corporation— en la estrategia de Aistech para garantizar soluciones integradas y escalables?
Carles Franquesa.- En este contexto, Aistech está impulsando una red sólida de relaciones empresariales y tecnológicas con compañías y organismos de referencia en el sector. Nuestra reciente alianza con Lunar Station Corporation es un buen ejemplo: trabajamos conjuntamente para desarrollar marcos de colaboración que permitan integrar distintas capacidades y, al mismo tiempo, escalar soluciones de forma ágil y eficiente.
Estas colaboraciones nos permiten maximizar el valor de los datos generados por nuestra constelación térmica, complementándolos con otras fuentes y sistemas de observación, lo que amplía su aplicabilidad a nuevos sectores y mercados. Asimismo, refuerzan nuestra posición en la cadena de valor del sector espacial, asegurando que nuestras soluciones no solo aporten innovación tecnológica, sino también interoperabilidad, escalabilidad y un impacto real en la toma de decisiones de gobiernos, empresas e instituciones.
Carles Franquesa.- El año pasado cerraron una ronda Serie A de 5 millones de euros liderada por Global Portfolio Investments y CaixaBank, y actualmente buscan una Serie B de 30 millones. ¿Qué objetivos concretos esperan alcanzar con esta nueva inyección de capital y en qué áreas se priorizarán las inversiones (tecnología, expansión internacional, talento, etc.)?
La Serie B que estamos impulsando, por un total de 30 millones de euros, tiene como finalidad acelerar el despliegue de nuestro plan estratégico para el periodo 2025-2028. Este plan contempla hitos clave como el lanzamiento de la constelación Hydra, que será la primera constelación comercial capaz de ofrecer imágenes térmicas de alta resolución bajo demanda, y el desarrollo tecnológico de la siguiente generación de nuestro sistema de observación de la Tierra, el Enabler v3.0, junto con otros programas complementarios.
La inversión también se destinará a fortalecer nuestro modelo de negocio y escalar los ingresos, impulsando la expansión comercial tanto a nivel europeo como internacional. Asimismo, priorizaremos el desarrollo del segmento terreno y de la infraestructura asociada, así como la optimización de costes operativos. En paralelo, destinaremos parte de los recursos a atraer y consolidar talento especializado, un factor clave para sostener la innovación y el crecimiento de la compañía en los próximos años.
P.- ¿Cómo percibe el apetito inversor en el sector espacial español y europeo en comparación con otros mercados más maduros? ¿Qué barreras o incentivos identifica para la consolidación de scale-ups como Aistech Space?
Carles Franquesa.- El sector espacial español y europeo está experimentando un momento de gran dinamismo, impulsado por una apuesta decidida por la tecnología que contribuye a garantizar la soberanía y autonomía en un contexto geopolítico cada vez más complejo. Esta situación ha incrementado la visibilidad del sector y ha despertado el interés de inversores que reconocen el potencial de la tecnología espacial y de sus múltiples aplicaciones, así como las perspectivas de crecimiento y escalabilidad de compañías innovadoras como Aistech Space.
A pesar de las oportunidades, aún existen barreras relacionadas con la necesidad de consolidar un ecosistema robusto de financiación y talento especializado, así como desafíos regulatorios y de acceso a mercados internacionales.
Sin embargo, el sector europeo avanza hacia un modelo más competitivo y global, en el que las scale-ups tienen la oportunidad de posicionarse como referentes, tanto en innovación tecnológica como en capacidad de desplegar soluciones aplicables a mercados globales.
P.- Finalmente, mirando al futuro, ¿cómo visualiza la evolución de Aistech Space en los próximos cinco años y qué hitos le gustaría alcanzar tanto a nivel empresarial como de impacto social y ambiental?
Carles Franquesa.- Mirando al futuro, visualizamos a Aistech Space consolidada como un referente global en observación de la Tierra, y más específicamente, como un proveedor global de soluciones basadas en imagen térmica. Con nuestra propia constelación de satélites plenamente operativa, tenemos la base para el desarrollo de estos servicios y soluciones, y nos permite ofrecer información precisa de manera recurrente y adaptada a los requerimientos de la sociedad.
A medio plazo, nuestro objetivo es contribuir, mediante el incremento de capacidades y prestaciones de las nuevas generaciones de los sistemas de observación de la Tierra que ya estamos desarrollando, a incrementar y reforzar la soberanía y autonomía tecnológica estatal y europea.
Actualmente Aistech está cerrando una ronda de financiación de 45 millones de euros, y para 2026 están previstos los lanzamientos de 6 satélites, con un equipo de más de 50 personas.
Más allá del crecimiento empresarial, buscamos que nuestra tecnología genere un impacto social y ambiental significativo, contribuyendo a: obtener una mejor visión sobre el control de áreas críticas de interés; optimizar la gestión de recursos naturales; la prevención de riesgos; y la sostenibilidad medioambiental, poniendo nuestra tecnología espacial al servicio de gobiernos, empresas e instituciones, para tomar decisiones más informadas y responsables.
Satélite Hydra 1 de Aistech. Foto: Aistech Space
P.- ¿Cuáles considera que han sido los principales logros de Aistech Space desde su fundación?
Carles Franquesa.- Desde nuestra fundación en 2015 hemos alcanzado hitos muy relevantes que nos han permitido consolidarnos como un actor de referencia en el sector espacial. Hemos lanzado tres satélites propios que han validado con éxito la tecnología desarrollada internamente y hemos creado nuestra propia solución de observación de la Tierra mediante imágenes térmicas, única en el mercado e íntegramente diseñada y fabricada por Aistech.
Asimismo, hemos sido acreditados como proveedores de la Agencia Espacial Europea (ESA), lo que nos ha permitido incorporarnos al programa Copernicus Contributing Missions (CCM), uno de los pilares del sistema europeo de observación de la Tierra. Además, el reconocimiento del CDTI como empresa estratégica para España ha reforzado nuestra posición en un sector crítico y de alto valor añadido. En conjunto, estos logros reflejan tanto nuestra capacidad tecnológica como la confianza que instituciones internacionales y nacionales depositan en nuestro proyecto.

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