Boeing en conversaciones para la compra de Embraer



Boeing mantiebe negociaciones con el fabricante brasileño Embraer, basada en Sao José dos Campos y que tiene un valor en el mercado de 3.710 millones de dólares, que podrían llevar desembarque en el segment de transporte aéreo regional, para contrarrestar el reciente movimiento de Airbus con un reciente movimiento con la canadiense Bombardier. El fabricante europeo anunció planes para tener el 51 por ciento del capital de una empresa conjunta con aquella para fabricar los aviones regionales C-Series, con el objetivo de esquivar sanciones por los presuntos subsidios concedidos por su Gobierno (apoyo que también ha denunciado el fabricante brasileño ante la Organización Mundial de Comercio), que penalizarían sus ventas a Estados Unidos multiplicando su precio por cuatro.

Estaría pendiente que el Gobierno del país sudamericano no se manifestara en contra de esa operación, pues posee una llamada acción de oro que podría vetar la transacción. Embraer es la joya de la corona de la industria de esa nación y también es probable de que la negociación no llegue a nada, razón por la que se llevaba con bastante secretismo, para evitar su impacto bursátil. Al conocerse, las acciones de la brasileña subieron un 39 por ciento en São Paulo y filtrarse que los accionistas recibirían una prima sustancial por su venta. Boeing ofreció mantener la marca, gestión y empleo y crear una estructura que proteja los interesees del Estado en el negocio de defensa de Embraer. Las ventas de productos relacionados con este área a Brasil representaron el 9,3 por ciento de sus ingresos totales el año pasado.

Embraer es el tercer mayor fabricante mundial de reactores comerciales –en su caso de 70 a 100 asientos, entregando 225 unidades en 2016- y cuenta con 18.000 empleados. Su oferta en el ámbito de defensa incluye el avión de ataque ligero y entrenamiento avanzado A-29 Super Tucano y el de transporte multimisión KC-390, cuyas entregas comenzarán en 2018. También proporciona tecnología y servicios para que el Gobierno controle las fronteras del país y opere satélites. La reputación de Embraer recibió un golpe en los últimos años por los escándalos de corrupción, pero la compañía, creada en 1969 por el gobierno brasileño y comenzó su privatización en 1994 cuando era no rentable (dejó de tener participación estatal en 2006, pero manteniendo el Estados derechos de veto en situaciones de cambio de control en la sociedad) y tenía una deuda de 200 millones de dólares, sigue siendo una de las marcas globales más reconocibles de Brasil y una fuente de orgullo nacional.

A principios de la década de los noventa invirtió copiosos recursos en el CBA-123, un innovador biturbohélice de 19 asientos en cooperación con la Fábrica Militar de Aviones argentina, pero con precio tan caro que no vendió uno solo. Embraer ha colaborado en varios proyectos en el Centro de Investigación y Tecnología de Boeing en Brasil, como en una técnica de reciclaje de titanio y software para calcular y reducir el ruido de los aviones. El constructor estadounidenses es también socio comercial y de mantenimiento del brasileño para el KC-390. También colaboran en proyectos de seguridad en estas y de combustibles alternativos.

Con esta operación la empresa de Seattle también elevaría su exposición en el mercado de los aviones ejecutivos, que está bajo gran presión. Boeing confía en ser uno de los grandes beneficiarios de la reforma fiscal estadounidense, con una caída de 10 puntos porcentuales, que también le beneficiaría en casos de fusiones y compras.Si se realiza, sería la mayor operación de este tipo desde que se hizo con el control de su rival McDonnell Douglas en 1997 y entraría en el segmento de los aviones de 100 plazas. En 2013 lanzó la nueva generación de birreactores regionales E-Jets E2. cuya entrada en servicio se producirá en 2018.

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