Durante 2023, transitaron más de 283 millones de pasajeros por los aeropuertos españoles. Se realizaron más de 2.400.000 operaciones de vuelo y se transportaron cerca de 1.100.000 toneladas de mercancías. Es importante destacar que estas cifras ya superan las del año 2019, previo al estallido de la crisis del Covid-19. La red de aeropuertos españoles cubre más de 380 destinos servidos por 167 aerolíneas.

A nivel macroeconómico y de acuerdo a diversas fuentes recopiladas por Aena, el transporte aéreo representa el 5,9% del PIB español, que se traduce en 1,8 millones de puestos de trabajo. Un 82% de los visitantes llegaron por vía aérea a España. En palabras de Maurici Lucena, presidente y consejero delegado de Aena, “la potencia del turismo es fundamental. Las cosas han ido mejor que lo que previmos en noviembre de 2022. La mayoría de las incertidumbres se han despejado”.

Para Lucena, “es el momento más dulce de la historia de Aena”. Efectivamente 2023 ha sido un año record y determina el fin definitivo de la pandemia de Covid-19. Según Lucena, “en  España estamos plenamente recuperados aunque en Europa aún el tráfico permanece rezagado y aún no se ha recuperado”.

Previsiones crecimiento del tráfico aéreo

Con respecto al futuro, las previsiones de Aena son que el tráfico de pasajeros crezca a un ritmo del 3,8% anual.  Ello implicaría superar la cifra de 300 millones de pasajeros en 2024 para la red española. A nivel global, con toda la red internacional, en 2026 se gestionaría un millón de pasajeros diarios.

Al margen de las inversiones ya anunciadas, como la dotación de 2.400 millones de euros para la ampliación de Madrid-Barajas, Javier Marín, director de aeropuertos apunta a “queremos seguir siendo un operador con capacidad disponible y tarifas competitivas”.

Para ello Aena aplica un sistema tarifario basado en algoritmos con diversos parámetros que miden calidad, inversiones, tipo de tráfico, posibilidades de expansión del aeropuerto, etc. En cualquier caso, Lucena defiende que “no hemos sido ajenos al entorno inflacionista. La contención de costes seguirá siendo uno de los ejes del plan estratégico”. 

Como soporte a lo anterior, la dirección de Aena remarca que rentabilizar las elevadas inversiones de un aeropuerto pasa por el correcto equilbrio entre tres partidas de ingresos fundamentales:

• Los procedentes de la actividad aeronáutica, obtenidos a través de las tarifas aplicadas.
• Los relativos a la actividad comercial, como es el caso de las concesiones de tiendas libres de impuestos, aparcamientos y actividades auxiliares. Lucena afirma que hay previsión de una “subida del 48% de esta clase de ingresos hasta el año 2026”.
• La actividad inmobiliaria, más reciente y relacionada con la gran superficie de terreno disponible que existe en los entornos aeroportuarios. Madrid-Barajas, Valencia y Málaga serán los primeros aeropuertos donde se comiencen a percibir ingresos adicionales derivados del alquiler y concesión de terrenos para actividades auxiliares pero relacionadas con los aeropuertos.

En el capítulo de inversiones internacionales y ante los rumores de una posible entrada en la gestión del aeropuerto de Londres-Heathrow, Lucena afirma que dicha instalación “no es nuestro objetivo natural pues supone un conjunto de aeropuertos. Nada impide que analicemos opciones maduras como es el caso. Nuestro objetivo son aeropuertos que impliquen un desarrollo importante, caso, por ejemplo, de Congonhas, en Sao Paulo. Priorizamos el valor intrínseco de la infraestructura y la seguridad jurídica del país. La actividad internacional podría llegar hasta el 15%”, concluye Lucena.

Volviendo a nuestro país,  el presidente de Aena considera que “es un grave error no ampliar el aeropuerto de Barcelona. Afectará a la economía catalana y española. Es nuestro segundo mejor activo y no vemos viable su traspaso a la Generalitat. Reconoce que es muy complicado realizar gestiones, por las trabas administrativas, para estimular el desarrollo económico del aeropuerto.

Maurici Lucena defiende que las metas económico-financieras establecidas para 2025 se han alcanzado ya en 2023. El compromiso con los accionistas es repartir dividendos con un “pay-out” del 80%, de lo más alto a nivel europeo. Hasta 2026 se prevé que el EBITDA incremente un 20%.

Finalmente, en el capítulo medioambiental, AENA ha decidido “adelantar a 2030 el objetivo de cero emisiones, que no emitamos pero que también facilitemos infraestructuras para el suministro de biocombustibles, así como las exigencias de electrificación a los proveedores de handling.