Air Europa hará vuelos interinsulares en Canarias



Air Europa a finales de octubre comenzará a operar vuelos interinsulares en Canarias, intentando competir con Binter y Canaryfly. Claramente este rápido despertar responde al efecto llamada del aumento del descuento de residentes del 50 al 75 por ciento, generando a su propietario, el grupo turístico Globalia, unas expectativas –seguramente fantasiosas– de lo que esa medida va a suponer de incremento de pasajeros en los vuelos interinsulares.

Air Europa, cuya sede está a miles de kilómetros de ese archipiélago, nunca ha sabido, ni conseguido, mantener filiales u operaciones aéreas remotas, como son las Islas Canarias, con respecto al lugar donde se asienta en Mallorca (mientras su matriz tiene oficinas centrales en Madrid), y cuenta con plantilla en las Islas mínima. No ha demostrado tener mucha sensibilidad hacia los trabajadores canarios. A los pasajeros de esa Comunidad Autónoma ha intentado atraerles cuando creía que las cosas le iban a ir bien allí y les ha dejado colgados cuando los aires soplaban en sentido contrario.

De hecho, no es la primera vez que crea una filial –lo cual no parece que vaya a ser el caso siquiera con sus ahora anunciados vuelos interinsulares–, ya que no la necesita, salvo que le obliguen a ello extraños acuerdos con el Gobierno autónomo para conseguir subvenciones, y después da marcha atrás y desaparece del archipiélago. Habría que prestar especial atención a la posibilidad que reciba algún tipo de ayudas que distorsionen la competencia, teniendo, además, en cuenta que pueden ser ilegales debido al procedimiento que la Administración del Estado tiene contra Globalia y Air Europa por su multimillonario (decenas de millones de euros) fraude en el cobro del descuento para residentes, que ya no es siquiera presunto, pues está ya reconocido incluso por el grupo madrileño y la aerolínea balear, que se apresuraron a entregar en el Juzgado fianzas para intentar evitar condenas con penas de cárcel de sus gestores, incluyendo el presidente, el famoso Juan José (Pepe) Hidalgo.

De hecho, la Fiscalía reclamó 22,7 millones de euros a Globalia como indemnización por el fraude en el descuento a residentes y solicitó una multa de 9,5 millones por las prácticas utilizadas en la comercialización de los billetes de Air Europa en Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla para los residentes. El grupo puso en marcha una operación destinada a recaudar importes subvencionables superiores a los que realmente constaban en cada billete, presentando no la cantidad efectivamente cobrada, sino la cuantía máxima por tarifa aérea y gastos de emisión registrada en el Ministerio de Fomento, hasta el punto que estuvieron a punto de bloquear el sistema del descuento de residentes en perjuicio de todos los pasajeros que se podían beneficiar de él.

Anuncios apresurados y contradictorios

Los apresurados anuncios de vuelos interinsulares en Canarias de Air Europa en un lapso de escasas horas ya incurrieron en preocupantes contradicciones, como el número de vuelos que van a operar, con un esfuerzo excesivo para los aviones que va a generar muchos problemas técnicos, sin que aparentemente cuenten con un avión de reserva para cubrir las incidencias técnicas y operativas. La precipitada comunicación de inicio de operaciones cuatro meses y medio más tarde hizo alquilar de prisa y corriendo aviones turbohélices, de los que sólo poseía 1 en la flota de su filial Aeronova, y para los que ha tenido que formar tripulaciones y técnicos de mantenimiento y con tiempos que no son cortos para satisfacer las duras exigencias de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) para incluirlos en su certificado de operador aéreo. La flota consistirá en aviones ATR 72-500 de segunda mano, versión que ya no se fabrica y que en Binter están en vías de sustitución acelerada por los modernos ATR 72-600.

Es por ello que la operación que Air Europa mantiene entre Mallorca, Menorca e Ibiza (en la que ni siquiera ofrece vuelos directos entre estas dos últimas islas, sino a través de Palma) no los opera en propio, pues sus E-195 serían ruinosos en esos segmentos, y se asoció con una excelente compañía fundamentalmente carguera española (que cubre algunos vuelos cortos nacionales de Air Europa en la Península también), Swiftair, que aporta ATR 72 para esas líneas. Aparentemente se ha buscado socios comerciales para esta operación.

En Baleares vende Air Europa y los aviones lucen sus colores, pero la operación es de una compañía que no tiene nada que ver con ella, a la que se los tiene alquilados en una actividad a riesgo entre las dos. Pero si vamos a la hemeroteca, nos encontramos con la sorpresa que no es la primera vez que Air Europa se embarca en una aventura aérea con una filial con sede en Canarias. Ni tampoco que sale corriendo precipitadamente cerrando una operación regional, básicamente interinsular. El primer caso se llamó Air Europa Canarias, que, engatusando a algunos inversores de las Islas, a los que se dice que arruinó con el abandono desordenado de esta operación en 2001, en la que utilizó brevemente 2 Boeing 737.

El otro preocupante ejemplo es el de la primitiva Air Europa Express, que empleó viejos biturbohélices BAe ATP y que cerró estrepitosamente, despidiendo a todo el mundo, incluyendo, sorprendentemente, a su máximo responsable ejecutivo, un hermano (Mario) del presidente de Air Europa, Juan José (Pepe) Hidalgo, por sus desastrosos balances. Casi quince años después, en uno de esas idas y venidas que tiene este peculiar grupo con una gerencia familiar en ocasiones muy voluble, en el que un día un hijo tiene poder y al otro no, o a la inversa, Pepe Hidalgo volvió a contratar a su hermano Mario con el mismo puesto que tenía antes de la fundación de Air Europa Express: director de Operativa Diaria. Y dicen que en sus sueños siempre estuvo volver a dirigir una empresa de este tipo, de la que salió tan mal y que ostentaba un cargo para el que demostró que no tenía estudios, ni formación, ni la más mínima capacidad.

Pies de barro

Contra lo que mucha gente cree, Globalia tiene síntomas de un gigante con pies de barro, donde, con unos ingresos consolidados de 3.545 millones de euros el año pasado (3.414 millones en 2015), registró unas pérdidas de 14 millones como resultado neto después de impuestos y no parece que estén provisionados decenas de millones de euros de los múltiples litigios y expedientes sancionadores, el más famoso de los cuales en Canarias es el enorme fraude en el descuento de residentes, reconocido por la propia Globalia, por el que ha pagado ya una multimillonaria cantidad para intentar evadir las responsabilidades de sus directivos. Pero hay otros muchos elementos y una buena parte de ellos está en las sistemáticas sentencias en su contra en los juicios que le han interpuesto los diferentes colectivos de su plantilla.

Otra de las lacras del grupo empresarial es su red minorista, que en los años ochenta y noventa eran la bandera de su crecimiento espectacular a través de las oficinas de Viajes Halcón, hoy anticuadas y una auténtica rémora en el balance, en un mundo que ha cambiado mucho, en el que han desaparecido las comisiones de venta de billetes de avión y cada vez crece más la venta directa. Incluso la división mayorista, liderada por Travelplan, principal “tour operador” de turismo nacional, tiene el reto de mejorar los márgenes de rentabilidad de sus líneas de producto y emprender un duro proceso de adaptación a las nuevas realidades tecnológicas. En septiembre estalló otro escándalo al negarse a firmar el administrador solidario de su participada viajar.com las cuentas.

Otro de los fracasos de Globalia ha sido sus inversiones y gestiones hoteleras, negocio que nunca ha sabido manejar bien y que representan una lápida por su enorme endeudamiento. Los ingresos del grupo están actualmente repartidos de la siguiente forma: Air Europa, el 47 por ciento; Halcón-Ecuador el 35; “tour operadores” el 9; hoteles el 4; y “handling” el 4. Y la deuda el escenario también ha cambiado radicalmente. Parece que en Globalia se cifra en 250 millones de euros e Hidalgo se dice que debe unos 150 millones, en ambos casos a un hasta ahora socio amigo, cómodo y poco exigente: el Banco Popular, propietario del 10 por ciento del grupo turístico, después de raros cambalaches, ahora en manos de su nada afín Santander.

La situación era tan relajada, que Javier Hidalgo, hijo de Pepe, que hace relativamente poco asumió las riendas del negocio, ha tomado decisiones trascendentales a espaldas y sin el conocimiento de consejeros, ni accionistas, siendo el caso más palpable el acuerdo para que Ryanair venda en su “web” billetes de los vuelos de largo alcance de Air Europa, como conexión de los enlaces de la aerolínea irlandesa con Madrid (muchos de los cuales compitiendo con los de la propia compañía española). Testigos hablan del enfado de Juan José Hidalgo y de su hermano Antonio (importante accionista también) –a cuyo hijo despidió Javier Hidalgo en septiembre, provocando su deseo de venta de la participación– cuando se anunció ese acuerdo, mientras una de las dos hermanas de Javier, María José, otrora la persona más poderosa en Air Europa después de su padre, está hoy prácticamente desaparecida de la gestión, pese a que sigue ocupando cargos. La guinda ha sido la dimisión del hombre de confianza de Javier, Pedro Serrahima, artífice del éxito de Pepephone, por diferencias en los derroteros que ha tomado la gestión.

Del popular amiguete al hueso duro del Santander

Eso ocurría teniendo de socio a los “amiguetes” del Banco Popular, pero las cosas han cambiado radical y abruptamente cuando su 10 por ciento lo ha asumido el Banco de Santander, que a los pocos días de quedarse con la casi quebrada entidad financiera, ya deja sentir su pesada bota en Globalia, ejerciendo una posición muchísimo más exigente como accionista en el grupo turístico, debido a que ha pasado a controlar el grueso de su deuda. Ya actúa incluso en cuestiones que son operativas y administrativas y no solo estratégicas.

De hecho, tiene que dar el visto bueno a cambios en las actividades del día a día y su aprobación es necesaria en algunas negociaciones, pues así lo constatan determinados convenios sobre el beneplácito de los dueños en esas situaciones, que el Popular no ejercía y el Santander sí. No pasa desapercibido que en el pasado hubo serios desencuentros entre la familia Hidalgo y los Botín como banqueros, al frente del Santander. Está claro que los socios mayoritarios de Globalia ya no van a poder hacer, como hasta ahora, lo que quieren, cuando quieren y como quieren.

De hecho, Air Europa se ha caracterizado siempre por anuncios grandilocuentes cuando quiere hacer algo nuevo y preocupantes silencios cuando da marcha atrás si no le van bien las cosas, como sucedió con los vuelos a China en 2005, de los que se retiró rápidamente al poco, pues daban pésimos resultados económicos; o cuando parecía que se iba a comer Iberoamérica en los tiempos en los que Iberia padecía una profunda crisis, de la que pronto salió, recuperando todas las rutas que había abandonado, creando severos problemas a su competidor de Globalia.

Los conocedores del grupo siempre lo definen como un mal socio de sus aliados comerciales o empresariales, con aventuras que siempre acaban rotas y malavenidas. Siempre ha ocurrido así en los hoteles, filiales conjuntas, códigos compartidos, con los que pocos escrúpulos hubo para incumplir lo pactado e incluso para dar la espalda. Sus extraordinarias órdenes de compra de aviones, que dan la impresión de que toda su flota es en propiedad, calladamente pasan poco tiempo después a acuerdos de “sale and lease back”, con lo que dejan de estar en su activo y se transforman en unos simples alquileres operativos. Como ya mencionamos, también han arreciado demandas de sus colectivos de trabajadores por incumplir los convenios, especialmente con pilotos y tripulantes de cabina de pasajeros, que en general ha perdido siempre Globalia.

Uno de los puntos de más confrontación fue su renacida marca Air Europa Express, con la que pretendía salirse del esquema de costes de la matriz y, para ello, en febrero de 2008, JJH Capital, la sociedad financiera del propio Juan José Hidalgo, firmó la compra de 6 Embraer E195 para una nueva filial, Universal Airlines, que pretendía ser una compañía a título personal de Hidalgo fuera de Globalia Corporación Empresarial, siendo la fecha prevista de entrega de la primera aeronave para mayo de 2009. Asimismo firmaba opciones para la eventual adquisición de otras 6 aeronaves del mismo tipo.

Sin embargo, a finales de 2008 las protestas de los pilotos de Air Europa llevaron a la cancelación de esta operación y a la incorporación de 5 de los aviones a Air Europa. El sexto fue vendido a la israelí Arkia y a finales de 2008 se convirtieron en pedidos las 6 opciones de compra firmadas a principio de año. La pugna hizo que en abril de 2017 se transfiriera el último de los 11 Embraer E195 a su filial Air Europa Express y por lo tanto la matriz dejó de operar el modelo de avión brasileño.

Ya para entonces, también constituía un foco de conflicto laboral, se había comprado una pequeña y desastrosa compañía, Aeronova, con un ATR 42 y un ATR 72, para tratar nuevamente salirse del esquema de costes de Air Europa. Al final se llegó a un acuerdo con el personal –no el que hubiese soñado la familia Hidalgo- y se traspasaron los 11 E195 a esta filial, que vuelan bajo la marca de Air Europa Express, mientras queda en servicio sólo el ATR 72, viejo y mal cuidado, hasta el punto que tiene continuas averías que trastorna su operación regional peninsular para Air Europa. Y en este marco quiere Globalia saltar ahora a Canarias.

Beneficiarse del 75 por ciento, después de defraudar con el 50 de descuento de residentes

Volviendo al grave fraude antes citado, el Ministerio Público asegura que en los billetes emitidos por Air Europa y comercializados por diversas agencias de viajes, todas ellas pertenecientes a Globalia, se produjo “una generalizada igualación de las cantidades que se reclamaban al Ministerio de Fomento, en aplicación del Real Decreto 1316/2001, en concepto de bonificación en los vuelos de residentes extrapeninsulares”. Air Europa solicitaba, con carácter general, en el concepto  de cargos por emisión la cuantía que ascendía en los primeros años a los que refiere esa causa a 20 euros (por tanto, 10 euros bonificables como máximo) y que luego subió a 25 euros (por tanto, 12,50 euros bonificables), con independencia de la cantidad efectivamente cobrada por este concepto por la agencia de viajes, dice el escrito.

Asimismo, se presentaban liquidaciones al Ministerio por la tarifa registrada ante dicho organismo por Air Europa, y no por la efectivamente cobrada al pasajero, de modo que existe subvención de billetes aéreos abonados por la Administración por una cuantía superior a la legalmente establecida, agrega el fiscal. Este sistema fue ideado –defiende la Fiscalía– por una persona “no suficientemente identificada, con facultades decisorias en la sociedad acusada”, en fecha tampoco determinada y trasladada como mecánica de procedimiento a las compañías del grupo, que de esta forma creó un sistema de cobro de tarifas subvencionadas por encima de lo dispuesto en la ley.

Recordemos que este fraude también se demostró que lo cometió la quebrada Islas Airways en Canarias, que vio embargadas las cantidades que liquidada por ese concepto. Miguel Concepción, con una relación muy próxima a Pepe Hidalgo, en algún momento mencionó a sus allegados que esa práctica se la enseño el dueño de Globalia, asegurando que no generaría ningún problema, por lo que empezó a materializarla. Como es sabido, esto le salió al final muy caro al dueño de Islas, que algunos dicen que es el que ha animado a los Hidalgo a operar entre las islas Canarias.

Volviendo al asunto, el juez instructor Eloy Velasco archivó el procedimiento contra el presidente del Grupo, Juan José Hidalgo, y mantuvo acusada a la compañía como persona jurídica. El fiscal destaca que la cantidad reclamada como indemnización se encontraba ya consignada en el Juzgado mediante avales bancarios por importe de 15 millones de euros aportados el día 5 de noviembre de 2015 para garantizar la responsabilidad que pudiera derivarse de la investigación. La matriz de Air Europa desembolsó 19,2 millones de euros en la Audiencia Nacional por este proceso judicial, a raíz de una denuncia de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV) por un supuesto mal uso de dichas subvenciones. Un año antes, la patronal de agencias trasladó sus sospechas a Fomento, que abrió una investigación administrativa, a partir de la cual comenzaron las pesquisas policiales.

Globalia abonó otros 17,7 millones de euros ante la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) por el mismo concepto en relación a los ejercicios 2010 y 2015, tras llegar a un acuerdo con ese ente que depende de Fomento, por el expediente abierto al grupo. Según el abogado de la Confederación, Evelio Reíllo, «la mitad del fraude de Globalia ha prescrito por la inacción de Fomento. Entendemos que ha habido un perjuicio a este sector y, en general, a la economía nacional. La CEAV y su presidente han dedicado un esfuerzo. A los denunciantes no les gusta serlo y, además, ha habido quien se ha quedado en el camino durante estos años (Islas Airways), porque competir en condiciones que rompen el principio de igualdad y los principios básicos de la economía de mercado es muy duro. No obstante, la sentencia es la que hay y es un paso», declaró Reíllo.

El abogado de CEAV asegura que estudian si ir más allá, pues «en Europa necesitan una sentencia firme en el país de origen, que es lo que tenemos ahora, porque el acusado ha mostrado su conformidad. Entendemos que ha habido un perjuicio a este sector y, en general, a la economía nacional. Han pasado diez años desde que se presentó el primer escrito en la Delegación del Gobierno de Las Palmas de Gran Canaria, con el Ministerio de Fomento como destinatario. En él se señalaba que Air Europa obtenía una mayor afluencia de pasajeros porque las agencias de ese grupo vendían a un precio inferior de lo que facturaban al Estado», detalló Reíllo.

Sobre la respuesta que obtuvieron entonces, el letrado de CEAV asegura que no hubo: «En la segunda legislatura de Zapatero como presidente, ya con José Blanco como ministro de Fomento, la Confederación entendió que era momento de insistir y volvimos a presentar escrito, acompañado de documentación, denunciando los hechos, ya en el propio ministerio en Madrid». Pero según Reíllo tampoco hicieron nada: «Tuvimos que acudir en marzo de 2014 a la Audiencia Nacional para presentar una denuncia para llegar al resultado actual, aunque no sin tener que dar más vueltas», en el sentido que «la Audiencia abrió diligencias y señaló que no era competente. Sí es cierto que a raíz de la judicialización, Fomento abrió un expediente administrativo que concluyó, parece ser, con el reintegro voluntario, así lo llaman, de 20 millones de euros por parte de la compañía». Sumados a los 30 de la otra sentencia estaríamos hablando ya de 50, remachó.

El descuento a residentes en riesgo por culpa de Globalia

Por todo ello, el Ministerio de Fomento estudió aplazar la entrada en vigor de la modificación de la Ley de Subvención del Residente, prevista para el 26 de marzo. El departamento que dirige Íñigo de la Serna también pensó en paralizar el Precio Máximo Autorizado (PMA), una medida para calcular las bonificaciones en billetes a Baleares y Canarias. Tanto la Ley como el tope tarifario sublevaron al sector de las agencias de viajes, que han pedido repetidamente su paralización. Si se hubiera dejado en suspenso, habría sido la segunda paralización de la resolución, que ya se pospuso el 1 de enero ante la oposición mayoritaria de los intermediarios.

La medida otorga parte de razón a este sector, que había insistido que la nueva Ley «no penalizaba el fraude cometido por algunos operadores, sino a todos los residentes en Baleares y Canarias», según anunció la CEAV antes de Navidad. La nueva normativa “no permitiría una aplicación correcta de las bonificaciones del 50 por ciento del billete aéreo. Cabe recordar que la DGAC (Dirección General de Aviación Civil) abrió un periodo de consultas con las patronales de agencias de viajes españolas para combatir el fraude en el descuento de residentes, que saltaron al debate público por el  masivo que habría cometido Globalia con este derecho para los residentes de los dos archipiélagos, Ceuta y Melilla.

En la sentencia no se contemplaba el concepto de responsabilidad civil, lo que llevó al abogado del Estado a solicitar la rectificación del fallo, y solo se le imponía a la compañía una multa de 7,67 millones de euros. En el auto de aclaración se condena a Globalia a abonar 22,7 millones de euros por responsabilidad civil, de los que 19,1 millones de euros corresponden a capital principal y 3,6 millones de euros a intereses, a añadir a la multa ya impuesta.  Además de la sanción de 7,67 millones de euros –1,9 millones menos que lo reclamado por la Fiscalía–, se establecía también la pérdida de la posibilidad de obtener subvenciones o ayudas públicas y del derecho de gozar de subvenciones o incentivos fiscales o de la Seguridad Social durante diez meses, además de al pago de costas, incluidas las de la acusación particular.

Se constató también la realización de contratos de intercambio de publicidad y descuentos a grupos y particulares, que luego no se vieron deducidos debidamente en las certificaciones de bonificación presentadas mensualmente a Fomento, logrando un lucro por parte de las entidades del grupo Globalia. Esta es la espeluznante historia del que ahora quiere ser el adalid de la competencia en el Archipiélago canario.

Eva Cervera

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