AENA apuesta por los aeropuertos inteligentes y la integración del ecosistema a través del desarrollo de plataformas y soluciones digitales



El presidente y consejero delegado de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), Jaime García-Legaz, anunció durante la celebración de la Junta General de Accionistas que a finales de abril el Consejo de Administración de la empresa tiene previsto aprobar el Plan Estratégico para el cuatrienio 2018-21, que recoge el modelo de gestión de la compañía y va a marcar el camino por el que deberá transitar en los próximos años, con el objetivo avanzar en la transformación de las instalaciones de acuerdo con el concepto de “Smart Airport”. La prioridad será la integración del ecosistema aeroportuario a través del desarrollo de plataformas y soluciones digitales, la sostenibilidad energética y acústica, y la excelencia en la calidad de servicio al pasajero, particularmente a personas con dificultades de movilidad y familias.

Se basará en tres ejes: El foco en el cliente, adaptando la oferta comercial a las preferencias de los pasajeros, mejorando y personalizando los servicios prestados y potenciando la innovación y transformación digital de la compañía mediante el desarrollo de nuevas aplicaciones que garanticen la eficiencia de los procesos aeroportuarios; la sostenibilidad e innovación social, como muestra del compromiso de AENA con el medio ambiente y la responsabilidad corporativa; actuar como motor económico, con la expansión en nuevas áreas de negocio, como el desarrollo inmobiliario, y a nivel internacional. La Junta General aprobó un reparto de un dividendo de 6,5 euros brutos por acción, que supone el 80 por ciento del beneficio neto de la empresa de 2017 (que ascendió a 1.219,8 millones de euros), y es un 69,7 por ciento superior al dividendo de 2016, que fue de 3,83 euros por acción.

Esta retribución supone una rentabilidad del 3,8 por ciento a precios de la acción (170,95 euros a 9 de abril de 2018), similar a la de los gestores aeroportuarios europeos. Cabe recordar que el compromiso asumido por AENA en el Folleto Informativo de la salida a Bolsa era la distribución del 50 por ciento del beneficio neto de cada ejercicio. García-Legaz señaló que 2017 fue un año excelente para la compañía, con unos resultados económicos y de actividad muy positivos. En 2017 y por segundo año consecutivo, se ha vuelto a alcanzar un récord histórico de pasajeros, con 249,2 millones, un 8,2 por ciento más, impulsado por la excelente marcha del sector turístico. A esta cifra se suman 66,5 millones de pasajeros correspondientes a los 16 aeropuertos gestionados en otros países (un 8,4 por ciento más que en 2016), sumando más de 315 millones de pasajeros.

En el ámbito internacional, destaca el tráfico de Londres/Luton, en el que AENA tiene una participación del 51 por ciento, que alcanzó también su record histórico, con prácticamente 16 millones de pasajeros, un 8,6 por ciento más. Esta tendencia se mantiene en lo que va de 2018. Entre enero y marzo de este año el tráfico de pasajeros ha alcanzado los 49,9 millones, con un incremento del 9,7 por ciento respecto al mismo periodo de 2017. En cuanto a los resultados económicos de 2017 se basaron en tres pilares: el incremento de la cifra de negocio (con ingresos totales de 4.028 millones de euros, un 6,8 por ciento más); el mantenimiento de los niveles de eficiencia en la gestión y la contención de costes; y el cumplimiento de los compromisos de inversión, priorizando las inversiones en mantenimiento y seguridad.

Estos ejes han hecho posible un aumento de la rentabilidad y del flujo de caja operativo, así como una reducción de la deuda financiera neta y del apalancamiento de la compañía. Así, el EBITDA ha aumentado hasta los 2.517,4 millones de euros, un 9,8 por ciento más respecto a 2016, obteniéndose un margen de más del 62 por ciento. El beneficio neto ha ascendido a 1.232 millones, casi un 6 por ciento superior al registrado el año anterior (68 millones de euros más). Este aumento es especialmente significativo, dado que en 2016 el beneficio neto recogía el impacto extraordinario de la reversión de provisiones por procedimientos judiciales relacionados con las expropiaciones de terrenos de Madrid/Barajas (153,7 millones de euros). Excluyendo este efecto el beneficio neto de AENA habría aumentado un 21,9 por ciento.

En 2017 se obtuvo un significativo incremento del flujo de caja operativo hasta los 2.015 millones de euros (incremento del 9,8 por ciento), que ha permitido una reducción de los niveles de endeudamiento. La deuda neta financiera contable del Grupo Aena pasó de 8.228 millones de euros en 2016 a 7.156 millones en 2017, permitiendo reducir el ratio de deuda financiera neta a EBITDA de 3,6 veces en 2016 a 2,8 al cierre de 2017. En el negocio internacional los ingresos crecieron un 3,6 por ciento hasta prácticamente los 216 millones de euros en 2017. Aunque se vieron afectados por la devaluación de la libra, este efecto ha sido parcialmente compensado por el incremento de tráfico en Londres/Luton, que ha sido posible gracias a los cambios en la gestión puestos en marcha, junto con la inversión realizada en este aeropuerto y que ha supuesto una aportación en 2017 de cerca de 59 millones de euros al EBITDA total de AENA.

Allí se llevó a cabo una refinanciación de su deuda, cuyo proceso finalizó en el mes de agosto, siendo la suscrita de 450 millones de euros, de los que 265 millones fueron suscritos por inversores institucionales, lo que supone la mayor colocación privada de un aeropuerto en el Reino Unido. El excelente desempeño operativo y financiero ha tenido su reflejo muy positivo en la evolución de la cotización durante 2017, con una revalorización del 30 por ciento, frente al Ibex 35, que aumentó un 7 por ciento. En el pasado ejercicio, la acción alcanzó un máximo de 183,7 euros y un mínimo de 129,7. La capitalización bursátil de la compañía a 31 de diciembre de 2017 fue de 25.350 millones de euros. La empresa ha cumplido ampliamente con los niveles de calidad exigidos en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA, aprobado el 27 de enero de 2017 por el Consejo de Ministros, para el periodo 2017-21, y con los compromisos de inversión contemplados en él.

Constituye el instrumento básico que define las condiciones mínimas necesarias para garantizar la accesibilidad, suficiencia e idoneidad de las infraestructuras aeroportuarias y la adecuada prestación de los servicios aeroportuarios básicos de su red de aeropuertos españoles. Además, en 2017 todos los aeropuertos de la red han obtenido el certificado que garantiza que cumplen con los requisitos contemplados en la reglamentación europea (RE 139/2014), lo que les permite seguir operando en condiciones de máxima seguridad. La compañía comenzó 2018 con una buena noticia, incorporando el Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia (AIRM) a la red mediante la concesión de un contrato de gestión, explotación, mantenimiento y conservación por un plazo de 25 años. Se espera que inicie sus operaciones en enero de 2019.

Fotografía: Jaime García:Legaz, presidente de AENA.

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