Airbus y Boeing: la eterna batalla legal

El Órgano de Apelación de la OMC (Organización Mundial del Comercio) anuló un informe del 28 de noviembre de 2016 que constató que las ayudas para el desarrollo del Boeing 777X estaban prohibidas. Airbus pidió una revisión independiente, que asegura que son ilegales y recurribles, causándole daños masivos, por lo que sigue siendo aplicable la obligación de retirar o eliminar sus efectos adversos. Combinando las diferentes resoluciones relativas a los subsidios a Boeing, se estima que el impacto suma 100.000 millones en pérdidas de ventas del fabricante europeo, que opina que la disputa sólo se resolverá mediante negociaciones para encontrar un acuerdo global para trabajar en igualdad de condiciones con el apoyo de los gobiernos.

Según Boeing, Europa se enfrenta a un riesgo creciente de sanciones a las exportaciones por parte de Estados Unidos, ya que Airbus ignora los dictámenes contra sus prácticas ilegales. La nueva decisión cierra la más reciente de las dos demandas contra Estados Unidos presentada ante la OMC por la UE como respuesta por el recurso estadounidense contra las subvenciones masivas que los gobiernos europeos proporcionan a Airbus. Esto sigue a las respectivas declaraciones triunfalistas y está claro que la batalla entre ambos contrincantes seguirá en litigio, diez años después de su inicio. Boeing asegura que consiguió una victoria en la larga disputa entre Estados Unidos y la Unión Europea, pero la visión de Airbus es radicalmente opuesta y afirma se condenó el incumplimiento de su enemigo.

En 2012, el Órgano de Solución de Diferencias de la OMC dictaminó que varias de las subvenciones de Estados Unidos a Boeing eran ilegales y debían retirarse o paliar sus efectos desfavorables. La UE demostró la existencia continuada de subvenciones ilegales, incluyendo el apoyo a I+D de la NASA y el Departamento de Defensa (DoD) y exenciones tributarias del Estado de Washington. Según Airbus, Estados Unidos proporcionó enormes ventajas a Boeing contrarias a la competencia, provocándole una pérdida de ventas de al menos 300 aviones. Pero para Boeing son la UE y Airbus los que sufrieron una rotunda derrota y tienen que poner fin y remedio a 22.000 millones de dólares en ayudas a nuevos productos y otras subvenciones ilegales, asegurando que Estados Unidos cumplió con prácticamente todos los dictámenes desde 2006.

Para Boeing, la OMC descartó inicialmente el 80 por ciento de las alegaciones de la UE y rechazó las realizadas sobre los incentivos a la inversión en Carolina del Sur, otros beneficios fiscales locales y estatales, los del programa I+D de la FAA y siete de los ocho del Estado de Washington. Asegura que no se ha hecho prácticamente nada para cumplir con la decisión sobre las ayudas ilegales proporcionadas a Airbus para el lanzamiento de productos durante 40 años y que dio más subvenciones para el A350. Airbus asegura que Estados Unidos aumentó sus subvenciones a Boeing, con la provisión de incentivos para el 787, reducciones tributarias y financiación adicional y apoyo de organismos públicos. Boeing también presentó un recurso ante la International Trade Commission local contra Bombardier para excluir el “Serie C” del mercado estadounidense.

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