El Gobierno de Evo Morales decidió expropiar los activos de Servicios de Aeropuertos Bolivianos (SABSA), abriendo una nueva crisis con España (tras la de Red Eléctrica e Iberdrola). Esa empresa gestiona tres instalaciones (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra) en el país sudamericano. Los militares bolivianos tomaron posiciones dentro de las infraestructuras, mientras que Morales hablaba de "robo" y "saqueo", tratando de justificar su decisión aduciendo que los propietarios españoles de esa empresa no realizaron las inversiones necesarias. Tras años de acusaciones por falta de inversión, le ha tocado a la firma compartida por Abertis (90 por ciento) y Aena (10): O la empresa se comprometía a desembolsar 42 millones de euros (ofrecía 27) o le retiraban la concesión.
La división de aeropuertos de Abertis apenas representa un 7 por ciento de su facturación total y la actividad en el país andino es residual. SABSA nació en 1997 como filial de la estadounidense Airport International Group (AIG) y en 1999 fue adquirida por la inglesa TBI. Esta última, a su vez, también fue comprada por Abertis en 2005, lo que contrasta con muchas de las reclamaciones del Gobierno de Bolivia, las cuales se remontan a la época en la que la española aún no era dueña de SABSA. En estos momentos, el valor de estos tres aeropuertos rondaría los 430 millones de dólares.