Un Airbus A330-200 de TAP que iba a cubrir la línea Brasilia-Lisboa fue embargado por deudas laborales de la Embajada de Portugal en Brasil. El proceso, cuya parte medular se inició en 2010, se arrastra en realidad desde 2004, cuando 20 funcionarios fueron objeto de regularización de sus contratos -absolutamente informales en su mayoría- y sus salarios reducidos y horas extras impagadas, generando, a su vez, una disminución de los haberes percibidos por la Previsión Social brasileña. En los días siguientes se sumarían al reclamo empleados consulares y de otras entidades estatales portuguesas en Brasil. Se eligió un avión de esa compañía para ser objeto del embargo por ser el único bien estatal portugués tangible en Brasil, dado que las dependencias diplomáticas no pueden sufrir ese tipo de acciones (Javier Bonilla, corresponsal de Grupo Edefa en Río de Janeiro).
