Spanair y Aeropuertos Españoles

Tras el cese de operaciones de Spanair hemos oído y leído una gran cantidad de aberraciones, desde culpar de ello al retraso en la privatización del aeropuerto de Barcelona, a la falta de acuerdo con Qatar Airways, pasando por los habituales batiburrillos de imbecilidades, con supuestas conspiraciones achacadas a competidores y, tirados al río, una ridícula carta abierta contra el responsable de Ryanair por sus comentarios escrito por un payaso y auto presumido presidente de una compañía española con dos aviones, del que si se supieran sus fracasos judiciales y coacciones a llantos y gritos a su personal y peloteos públicos vomitivos a su otrora jefe, sería una vergüenza empresarial más en el país.
Spanair ha cerrado por una desastrosa gestión continuada durante muchos ejercicios y porque el único dinero que entraba para cubrir sus endémicas pérdidas era de origen público. A los políticos, a unos trabajadores apalancados en la comodidad de un dinero público que creían que no iba a tener fin y, fundamentalmente, a los gestores, condimentado con una crisis económica sin precedentes y una voraz y eficiente competencia, hay que culpar de un cierre que ha tardado mucho, pero que ciegos estaban los que no lo veían venir.

Hablando de AENA y su privatización, el Ministerio de Fomento quiere revisar el modelo aeroportuario, para convertirla en el número uno mundial en su campo, renunciando a la concesión de la explotación de los servicios en Madrid y Barcelona, justificándolo con que su valor disminuye si se disgrega la gestión de instalaciones de forma individualizada. Se trata ahora de tener un plan estratégico y de negocio, tras lo cual se abrirá el proceso de la entrada de capital privado, contando con las comunidades autónomas en la planificación del futuro.
Con 140.000 empleos directos y 440.000 totales, se trata del primer operador aeroportuario del mundo en pasajeros y del cuarto proveedor de navegación aérea de Europa por vuelos, operando en su ámbito 650 aerolíneas, que conectan con 138 países. Según la ministra Ana Pastor, el concurso de las concesiones favorecía la competencia entre Madrid y Barcelona y el nuevo objetivo es fortalecer a todos, para que compitan a nivel mundial. Además, las condiciones de los mercados son claramente desfavorables y desaconsejan ese proceso.
La valoración de Aena Aeropuertos se ha deteriorado progresivamente, por lo que se opta ahora por un modelo que garantice la existencia de una empresa líder a nivel mundial, eficiente, de calidad y con capacidad para su expansión internacional, mientras favorece la cohesión y la vertebración del país, asegurando una red de infraestructuras de calidad homogénea, con capacidad y a precios competitivos, lo cual es clave para la industria turística española. Se espera una mayor generación de ingresos fuera de España, que podría apoyarse en alianzas con empresas españolas de construcción, ingeniería, tecnología, servicios o consultoría.


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